Crónica de un desastre anunciado: la reunión Biden-López

La importancia de las cumbres y reuniones entre jefes de Estado radica lo mismo en la necesidad de llegar a acuerdos como en la de dirimir diferencias. En este apartado, México había conseguido cierta aura de prestigio desde el siglo XIX no tanto por sus políticos sino por la labor de sus diplomáticos quienes, a diferencia de los primeros, salvaron al país con sus gestiones incluso de desaparecer.

De aquí que los buenos resultados se deban precisamente a que se recurre a diplomáticos de carrera, egresados del Servicio Exterior Mexicano, en vez de a improvisados y aplaudidores, como ha ocurrido en este gobierno. Prueba de lo anterior lo patentamos a partir del desastre que fue la reunión virtual-bilateral entre el presidente Joseph Biden y el presidente López, quien prácticamente acudió a la misma sin siquiera poder presentar una agenda.

Luego de entrevistarse con su homólogo canadiense, a pocos minutos del encuentro virtual  con el mexicano, la Casa Blanca informó que—contrario a una de las ocurrencias de López, quien planteó mendigarle vacunas a aquél Gobierno—no van a compartir vacunas salvo con sus propios ciudadanos, con lo que de antemano se le cerró con la puerta en la cara esta y cualquier otra solicitud, tal como la de pedir migración legal para trabajadores mexicanos: algo que en campaña y después de electo, el inquilino de Palacio Nacional presumía que nunca se vería en necesidad de solicitar.

Llamó la atención que la teleconferencia por parte de Biden se llevó a cabo con todo su staff de asesores en seguridad nacional e internacional; como si al tratar con López se tratara a un enemigo o amenaza para los Estados Unidos.

Por su parte, en su ignorancia histórica, el presidente mexicano llegó hasta la humillación al parafrasear “Bendito México, tan cerca de Dios y no tan lejos de Estados Unidos”, contraponiéndola a “Pobre México: tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”; atribuyendo esta frase al presidente Porfirio Díaz cuando en realidad corresponde al jesuita Carlos María Heredia, quien destacó por evidenciar el espiritismo como fraude, según el periodista Nemesio García Naranjo.

Terminó la reunión sin ningún acuerdo ni beneficio: quedando los mexicanos con las manos vacías, y el gobierno con el fracaso y la vergüenza; como no se había visto desde el siglo anterior.



Twitter: @sada_enrique

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