La reciente inauguración de la Megafarmacia en Huehuetoca, Estado de México, ha generado controversia respecto al manejo y distribución de medicamentos en el sistema de salud mexicano.
Según información revelada, los medicamentos almacenados en esta instalación provienen de instituciones federales de salud como el ISSSTE, el IMSS y el IMSS-Bienestar, sin que se hayan efectuado compras adicionales por parte de Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México (Birmex), la entidad encargada de su operación.
A pesar de declaraciones previas de altos funcionarios sobre significativas adquisiciones de medicamentos para este proyecto, Birmex ha confirmado que no ha realizado compras especiales, contradiciendo las expectativas creadas.
Además, se ha revelado que la Megafarmacia enfrenta un desafío logístico significativo, ya que carece de medios de transporte propios para la distribución de medicamentos a nivel nacional.
Aunque la ubicación estratégica de la Megafarmacia se promocionó como una ventaja para satisfacer la demanda de medicamentos en gran parte del país de manera eficiente, la falta de vehículos de transporte terrestre o aéreo compromete su capacidad para abastecer a las unidades médicas, especialmente en situaciones de desabasto.
