La Estrategia: ¿Militares para los alcoholímetros?

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Este fin de semana se implementó en Cuernavaca, Morelos, el operativo para detectar y disuadir a los conductores que manejan bajo la influencia de bebidas embriagantes, mejor conocido como alcoholímetro. Una medida de probada eficiencia para prevenir accidentes automovilísticos en fines de semana y días festivos.

Personalmente he experimentado estos operativos en CDMX, San Miguel de Allende Gto, San Pedro, Nuevo León, Temixco, Morelos, y ahora Cuernavaca. Mi vivencia con ellos es hasta ahora positiva, en CDMX y San Pedro, los policías son muy profesionales y atento. El operativo está muy bien señalado y cada automovilista sin excepción es analizado y de dar negativo se agiliza su pronta salida, en ambos operativos el tráfico que se genera es mucho, pero se mueve rápido. Hay que señalar que la multa por conducir bajo la influencia del alcohol en San Pedro, es la más alta que he visto, 51 000 pesos. En la CDMX son 7 000 pesos más 36 horas de arresto en el famoso Torito. No es cosa de juego el conducir en ambas ciudades intoxicado y la población lo sabe.

En San Miguel de Allende y Temixco los operativos fueron más informales, personal femenino muy amable te hace la prueba y al salir negativo te sacan de la fila y puedes continuar tu camino, son más disuasivos que punitivos. En Temixco salí ligeramente arriba del máximo permitido y se me permitió continuar con la advertencia de no seguir tomando bebidas alcohólicas.

El haber salido ligeramente arriba y la perspectiva de conocer un Torito local me han mantenido muy cuidadoso cuando soy el conductor designado.

Este sábado en Cuernavaca saliendo de una comida y llevando a unos invitados de regreso a su hotel nos topamos con un tráfico intenso en la avenida Morelos, una calle principal de la ciudad, tras 20 minutos de estar prácticamente parados al avanzar vimos la presencia de personal armado de Guardia Nacional y Ejercito con sus camionetas y ametralladoras. No había indicaciones de que hacían y tampoco las daban, mis invitados no acostumbrados a ver un despliegue así empezaron a preocuparse y yo también.

Pensamos que en el hotel donde estaban hospedados había algún operativo para capturar a algún delincuente. Conforme avanzamos había más soldados, unos 30 aproximadamente, vimos personal policial y nos dimos cuenta que era un operativo contra conductores borrachos, todo el personal civil muy amable, y al salir negativo se nos permitió continuar. En Cuernavaca no hay Torito, sólo se detiene la unidad y uno debe continuar en taxi a su destino.

Los operativos para evitar que se conduzca alcoholizado son eficientes, se detiene a las personas que lo hacen, evitando accidentes fatales y daños materiales. Creo que el imponer multas altas o el detener a los conductores, se refuerza en la ciudadanía el consumo responsable sobre todo en estas fiestas donde abundan las oportunidades de beber y manejar. El tener un conductor designado o usar un taxi siempre es una opción. El usar a la Guardia Nacional y el ejercito en estos operativos es excesivo y distrae a este personal de sus funciones naturales de seguridad.

Me preocupa que esta sea nuestra realidad ahora, el depender de ellos para un operativo de carácter civil y administrativo, esto no debe de ser y no debemos acostumbrarnos a ello.

Mis amigos ya regresaron a su casa y todavía me preguntan a que capo agarró el gobierno.

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