Las elecciones en Estados Unidos traen una nueva configuración de la Cámara de Representantes, Senado y Gobernadores en varios estados.
Parece que los Republicanos tendrán la mayoría de diputados y no se sabe si también tendrán mayoría de senadores.
Una mayoría en ambas cámaras representa una derrota colosal para el presidente Biden y sus esperanzas de reelección, pero sobre todo hace que su agenda con México se complique mucho más.
Estas elecciones fueron dominadas por la retórica republicana sobre el pésimo manejo del Presidente en la migración, narcotráfico e inflación.
Lo que esta derrota puede significar es el endurecimiento de la cooperación bilateral, y muy probable volvamos a oír en el Capitolio lo poco que hacemos en relación al tráfico de drogas hacia su país y el poco control que tenemos sobre la frontera y sobre los migrantes que buscan entrar ilegalmente hacia los Estados unidos.
Un discurso que gusta a sus bases y que les ha permitido ganar muchos votos.
El ex presidente Trump recientemente ha propuesto otra vez la pena de muerte para narcotraficantes detenidos dentro de los EE.UU, “como lo hacen en China”, dijo.
Es la línea dura por la que votan hoy en día la mayoría de los republicanos y la que van a exigir aplicar a sus Diputados, Senadores y Gobernadores.
Este nuevo orden implicaría que los fondos para los programas y apoyos que los demócratas han puesto en materia de migración serán más difíciles de aprobar si hay una mayoría republicana que los bloquea.
Para las prioridades en la agenda mexicana dentro del Entendimiento Bicentenario no habrá fondos y se nos condicionarán información y apoyos, como en la administración pasada.
Sí, teniendo una mayoría demócrata las demandas del gobierno mexicano a los fabricantes de armas y después a las tiendas que venden este armamento para pasarlo ilegalmente hacía nuestro país no prosperaron, a pesar de un enorme esfuerzo de la cancillería y de todos los apoyos que se lograron a favor de la cusa de México.
Un nuevo control político pro armamentista, anti migrante y a favor de exigir decomisos de droga de este lado de la frontera, sin buscar atacar el problema en sus calles, es poco probable que se muestren susceptibles a las preocupaciones y agenda mexicanas.
Con una minoría demócrata, el presidente Biden tendrá que medir sus batallas y negociar con los republicanos para poder sacar su agenda y prioridades de política exterior donde actualmente se enfrenta a Rusia y China en varios frentes y necesita seguir apoyando la defensa de Ucrania.
México no está dentro del radar geopolítico de esta super potencia, sobre todo cuando este Gobierno se ha empeñado en jugar un papel disidente a la política exterior norteamericana.
El Presidente de los Estados unidos tendrá que hacer concesiones a los Republicanos y apoyar sus causas e intereses para evitar una parálisis legislativa o presupuestal dentro de lo que resta a su gobierno, muy probablemente una derrota como esta signifique la renuncia a reelegirse para un segundo termino.
El Gobierno Mexicano debe ser consciente de todo esto y elegir cuál va a ser su postura ante esta situación.
Hoy ha regateado absolutamente todo a la administración Biden, su apuesta parece ser hacia el lado republicano. No estoy seguro que sea en el mejor interés para nuestro país. Pronto lo veremos.
