El día de hoy, el periódico El Financiero publica una encuesta que revela que el apoyo ciudadano a la alianza opositora PAN-PRI-PRD disminuyó de 41 a 36% entre abril y junio de este año, mientras que el respaldo a Morena y sus aliados -o rémoras- subió de 46 a 51%
¿Qué puede estar detrás de estos números?
- Las corcholatas morenistas están en campaña. Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y hasta el propio Ricardo Monreal se mueven todos los días para jalar reflectores. Son sus nombres los que la gente asocia a una potencial candidatura. Por lo contrario, en los partidos de oposición se escuchan tímidamente algunos nombres: Ricardo Anaya, Enrique de la Madrid, Luis Donaldo Colosio, Margarita Zavala y ahora Santiago Creel que alzó la mano. Parece ser que no quieren sacar mucho la cabeza, por medio a que se la corten con alguna investigación de la UIF o alguna carpeta que se encuentre en la Fiscalía General de la República. Están, pero no están; se mueven, pero despacito.
Resulta revelador, además, que dentro de la oposición el nombre que más suene es el de Luis Donaldo Colosio Riojas de quien no se sabe cómo gobierna o incluso como habla, sus planes o proyectos. Su nombre está asociado al de su padre y eso ha sido suficiente hasta ahora.
- El PRI, o mejor dicho Alejandro Moreno, se ha convertido en un lastre para la oposición. Los audios que ha sacado la gobernadora Layda Sandores no por ilegales han dejado de tener su impacto en la población, quien vuelve a recordar como el tricolor estaba acostumbrado hacer las cosas: con prebendas y corrupción, en lo obscurito y con prácticas antidemocráticas. ¿Cuánto más durará el priista al frente del PRI Nacional? Todo indica que no está dispuesto a dejar ese cargo porque es una especie de salvoconducto.
- El presidente Andrés Manuel López Obrador sabe que solo una alianza o una candidatura común apoyada por la oposición en su mayoría, tendría oportunidad de ganarle a alguna de sus corcholatas. Así pues, está decidido a, como de lugar, evitar esa alianza. Hoy tiene en la mira al PRI y seguramente seguirá con el PAN y sus aliados. En el PRD tienen sometidos a algunos personajes como Miguel Mancera, y no le ven realmente mucho riesgo. La estrategia es debilitar a los partidos y/o posibles candidaturas.
Aunque falta mucho para el 2024, los partidos de oposición se están quedando rezagados en la carrera presidencial. El resto es ir construyendo el camino sin violentar la ley, como sí lo están haciendo las corcholatas morenistas. La misión pues, es ponerse las pilas.
Nos leemos el próximo 1 de agosto.
