Mucha indignación generaron las palabras del presidente de la República hace una semana cuando tras despedir a más de 700 médicos del sector salud, respondió al día siguiente que para contrarrestar ese déficit que ocasionó él mismo contrataría a más de 500 médicos cubanos; mismos a los que a diferencia del personal mexicano les pagaría 145,000 pesos mensuales (de los que el 95% va a parar directamente a las arcas de la dictadura en la isla) más transporte y alimentos.
A diferencia de los médicos mexicanos que perciben un promedio entre 9 y10 mil pesos mensuales (sin apoyos por transporte o alimentos) y a quienes se exige cédula profesional, especialidad terminada y experiencia comprobada, los supuestos “médicos” carecen de todo lo anterior y a tal grado que terminan siendo enseñados a inyectar incluso, una vez que se encuentran en el país.
Sin embargo, lo más grave es lo que se cobija detrás de todo esto.
Recordemos que tras la instauración del Foro terrorista de Sao Paulo—ahora “Grupo Puebla”—en los noventas, vimos como en Venezuela Hugo Chávez permitió la presencia de 23,000 soldados cubanos, entre agentes de inteligencia y asesinos, además de terroristas y narcotraficantes provenientes de Colombia, Siria y Corea del Norte.
Y la excusa fue que ellos eran su escudo “contra los Estados Unidos”, al igual que para evitar que el ejército venezolano se rebelara contra su tiranía, llegando a amagar incluso con destruir la soberanía venezolana para formar un solo Estado con Cuba.
Con esta ideología criminal, inspirada en lo más atroz del siglo XX, se busca consolidar un bloque de narcodictaduras dirigidas desde Cuba, en donde México solo sería un peón más para financiar—con dinero de nuestros impuestos—a regímenes totalitarios y violadores sistemáticos de derechos humanos a cambio de perpetuarse en el poder; justificándose en una ideología que vende una falsa austeridad donde condenan a todos a ser pobres, en tanto solo la clase militar y gobernante se enriquecen como capitalistas salvajes.
Para muestra de lo anterior tenemos suficientes dinastías bananeras de ejemplo como los hermanos Castro, la familia Chávez, Evo Morales, el matrimonio Kirchner y la familia López Obrador.
Por lo tanto, más que una oleada de “médicos” y “humanistas” improvisados, ante lo que nos enfrentamos es a lo que parece ser la avanzada de un ejército de ocupación en el país.
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