¿Quitar o no restricciones? Una cuestión que divide a expertos

AP

Para muchos en Gran Bretaña, es como si se hubiera acabado la pandemia. Los requisitos de mascarillas se han abandonado. Las pruebas masivas gratuitas son algo del pasado.

Y por primera vez desde la primavera de 2020, la gente puede ir de vacaciones al extranjero sin encargar pruebas diagnósticas ni rellenar largos formularios.

Esa sensación de libertad es generalizada pese a que los contagios se dispararon en Gran Bretaña en marzo, impulsados por la más leve pero más contagiosa subvariante ómicron BA.2, que se expande con rapidez por Europa, Estados Unidos y otros lugares.

La situación en Gran Bretaña podría ser un adelanto de lo que espera a otros países conforme levantan las restricciones contra el coronavirus.

En Estados Unidos, cada vez más estadounidenses se hacen las pruebas en casa, de modo que las cifras oficiales de casos probablemente están muy por debajo de lo real. Entre los nuevos contagiados hay actores y políticos, que se hacen pruebas a menudo. Varios miembros del gobierno, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, actores de Broadway y los gobernadores de Nueva Jersey y Connecticut han dado positivo.

Gran Bretaña destaca en Europa porque abandonó todas las medidas de prevención en febrero, incluido el aislamiento obligatorio para los infectados. El gobierno conservador del primer ministro, Boris Johnson, está decidido a atenerse a su plan de “vivir con el COVID”, pero los expertos no están de acuerdo en si el país lo está gestionando bien.

Algunos científicos dicen que es el momento adecuado para aceptar que “vivir con el COVID” supone tolerar un cierto nivel de muertes y complicaciones en la vida cotidiana, como hacemos con la gripe estacional. Otros creen que el gobierno británico levantó las restricciones demasiado rápido y demasiado pronto.

Advirtieron que las muertes y hospitalizaciones podrían seguir subiendo porque más personas de 55 años o más, los más propensos a desarrollar un cuadro grave de COVID-19, se están contagiando ahora pese a las altas tasas de vacunación.

Los hospitales vuelven a verse presionados, tanto por los pacientes con el virus como por las numerosas bajas de trabajadores contagiados, indicó el director médico del Servicio Nacional de Salud, Stephen Powis.

“Cerrar los ojos a este nivel de daño no es vivir con una infección vírica, todo lo contrario”, dijo Stephen Griffin, profesor de medicina en la Universidad de Leeds.

Sin vacunaciones, ventilación, mascarillas, aislamiento y pruebas suficientes, seguiremos viviendo con las complicaciones, la enfermedad y, tristemente, la muerte

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