Un científico ruso decidió infectarse dos veces con el nuevo coronavirus para probar que el mundo nunca llegará a la inmunidad de rebaño contra el COVID-19.
Alexander Chepurnov, profesor de virología y experto en el Centro Federal de Investigación de Medicina Básica y Traslacional de Novosibirsk, decidió convertirse en conejillo de indias para averiguar durante cuánto tiempo los anticuerpos lo protegerían.
El investigador estuvo en contacto con personas infectadas para comprobar cuánto dura la presunta protección brindada por los anticuerpos.
Chepurnov reveló que contrajo el nuevo coronavirus por primera vez en los primeros días de la pandemia, durante un vuelo de Francia a Novosibirsk.
La enfermedad se acompañó de síntomas característicos y posteriormente provocó una neumonía.
Después de que el científico se recuperó, realizó una prueba que reveló la presencia de anticuerpos.
Una segunda prueba tres meses después descubrió que los anticuerpos habían desaparecido, aunque no se produjo otra infección a pesar de su constante contacto cercano con pacientes con COVID-19.
Los científicos decidieron administrar pruebas periódicas para determinar durante cuánto tiempo su sistema inmunológico continuaría protegiéndolo del virus.
Después de seis meses, desarrolló síntomas y se confirmó que contrajo COVID-19 nuevamente.
El científico ruso aseguró que la desaparición de los anticuerpos evitará que las personas desarrollen una inmunidad colectiva.
Sugirió que una sola administración de la vacuna rusa puede ser insuficiente para mantener la inmunidad. También aseveró que las vacunaciones periódicas pueden ser mucho más efectivas.