[responsivevoice_button voice=”Spanish Latin American Female” buttontext=”Escuchar”]
El expresidente Donald Trump logró una victoria significativa en Iowa, colocándose a la cabeza de la nominación del Partido Republicano para las elecciones presidenciales de noviembre.
Trump se encamina a superar el récord de margen de victoria en un caucus republicano en Iowa, establecido previamente por Bob Dole en 1988.
En estos caucus, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, y la exembajadora ante Naciones Unidas, Nikki Haley, quedaron en posiciones secundarias.
A pesar de las condiciones climáticas adversas, con frío extremo y peligros en las carreteras, los votantes asistieron a las asambleas en escuelas, iglesias y centros comunitarios en Iowa. Haley planea fortalecer su campaña en Nueva Hampshire, donde busca apoyo entre los votantes independientes para las primarias del 23 de enero.
DeSantis, por otro lado, se dirige a Carolina del Sur, un estado clave en la carrera republicana. El empresario Vivek Ramaswamy anunció su retirada de la contienda.
En su discurso de victoria, Trump habló de unidad, enfatizando su deseo de unificar a republicanos, demócratas, progresistas y conservadores.
Este mensaje marca un contraste con sus declaraciones anteriores de buscar venganza contra sus rivales políticos. Trump ha trabajado en mejorar su campaña en Iowa, enfocándose en la creación de una red digital y de datos más sofisticada que en 2016, cuando perdió ante Ted Cruz en los caucus.
Aunque Iowa no siempre ha sido un indicador fiable para predecir al nominado republicano, el triunfo de Trump en este estado es significativo. Ya está mirando hacia las elecciones generales y un posible enfrentamiento con el presidente Joe Biden. Por su parte, el equipo de Biden ha anunciado una recaudación significativa de fondos, preparándose para un posible segundo enfrentamiento con Trump.
