La Inmaculada en Código: 10 mil asistentes que parecían un millón

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A leguas se observaba que eran primeriz@s, no habían preparado una lista de consignas y por eso lo único que gritaban era “A eso vine, a defender al INE” “El INE no se toca” y “México, México”; se les veía desconcertad@s sin entender porqué si ya eran las 11:30 no se movían de su lugar. No sabían que la vanguardia había llegado ya al Monumento a la Revolución, y que era cuestión de tiempo para que empezaran a avanzar.

Si bien hubo contingentes de partidos políticos y organizaciones sociales, quienes marcharon el día de ayer no recibieron su frutsi ni su torta, tampoco tuvieron que pasar lista ni subirse a un autobús para ser trasladados a sus lugares de origen. Fueron ciudadan@s que tomaron las calles para decir que no estaban dispuestos a entregar la democracia a Morena y sus aliados.

Desde antes de que la marcha terminara, empezó la guerra de números, 200 mil, 500 mil, 640 mil, 1 millón… el que se voló la barda fue Marti Batres, Secretario de Gobierno de la Ciudad de México, quien dijo que los manifestantes habían sido entre 10 y 12 mil personas. De ese tamaño el error pues solo había que ver las fotos y videos que comenzaron a circular para darse cuenta de que el funcionario capitalino estaba mintiendo.

Querer minimizar la movilización será parte de los discursos de funcionarios de la 4t, de morenistas y por supuesto del presidente Andrés Manuel López Obrador, no sorprende, aunque la torpeza no deja de ser demencial.

Sin embargo, más allá de lo que digan públicamente, de lo que expresen de dientes para afuera y de lo que hoy diga el Ejecutivo en su mañanera, deben estar preocupados de que la convocatoria fue masiva, muchísimo mayor a la que esperaban no solo el gobierno, sino los propios organizadores.

Si tuvieran un poco de sensibilidad y cordura, se darían cuenta que deben hacer reevaluar su estrategia, que la asistencia multitudinaria pone al mandatario y su partido contra las cuerdas, pues insistir en su reforma electoral sería un suicidio.

Por supuesto el tabasqueño no se ha caracterizado por hacer lo que la lógica manda, pero en esta ocasión va a tener que pensar dos veces, si quiere seguir el despropósito de acabar con el INE.

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