El aborto es necesario

Esta columna está escrita para la gente que cree que el objetivo primordial de una mujer es
convertirse en madre. Si usted ve a una mujer mayor de 40, sin hijes y piensa “ay, pobrecita”, el destino quiere que lea esto. En la víspera del fallo de Roe vs Wade en Estados Unidos, es
imperativo que hablemos de este tema.

Pero he de advertirle: si usted es un señor (c-ñor) u hombre (onvre) y se encuentra ctualmente
inmerso en este tren de pensamiento, ya lo dijo mejor Rachel de Friends, “sin útero, ni opine”.

Ya sé que cree que opinar es su derecho y piensa que todas sus ideas son certeras y es
necesario compartirlas. Déjeme decirle, señor, que en cuestiones del aborto, sus opiniones no
son certeras y realmente tampoco necesarias. ¿Sabe por qué? Porque nunca va a tener que
experimentar la decisión de tener o no un aborto.

O cuénteme usted, señor, si se ha sentado a pensar durante toda su vida lo que sería tener la
experiencia de crear otra persona dentro de su cuerpo, cargarla nueve meses, que le hagan
una episiotomía (si no sabe que es eso, búsquelo en google por favor) o que se desgarre
dando a luz. Que después de tener esa experiencia traumática, ahora deba de preocuparse las
24 horas del día por una criatura, asegurarse de darle de comer tres veces (mínimo) día tras
día, lavarle la ropa, limpiarle cada vez que se hace popó, educarle, leerle, enseñarle a hablar,
cuidar que no se enferme, llevarle y recogerle de la escuela, ir a buscar cartulinas a
medianoche, hacer disfraces para la pastorela, regañarles y dar su vida por alguien más. ¿De
verdad lo ha pensado señor, o usted también necesita que le den de comer y le laven la ropa?

Dentro del útero, antes de nacer, literalmente nos comemos a nuestras madres. Después de
nacer no hay tanta diferencia y en México, donde el 40% de las paternidades son ausentes, ni
hablar. Nuestras madres lo son todo, son el pilar de la sociedad. ¿Pero alguien les preguntó si
querían esa responsabilidad? ¿qué pasa si no querían ser madres o si no estaban listas? y
¿qué pasa con toda la gente que nace de madres que no querían serlo? Me gustaría arrojar
otra cifra, se estima que una de cada tres mujeres en el mundo ha tenido un aborto.

Los reconocidos abogados y economistas John Donohue y Steven Levitt estudiaron la relación
que existe entre la legalización del aborto y la criminalidad durante 20 años. ¿Cuáles han sido
las conclusiones? Que acumulativamente el crimen violento se reduce hasta un 47% cuando el
aborto es legal, y el crimen en propiedades se reduce un 33%. ¿No me cree? Aquí está el
estudio
.

La tesis principal es que las personas que nacen no siendo deseadas tienen más probabilidad
de terminar envueltas en actividades ilegales o violentas. No permitir el acceso al aborto legal,
seguro y gratuito no frena el aborto, solamente lo hace más peligroso para las mujeres. Obligar
a las mujeres a parir cuando no quieren hacerlo puede destruir sus vidas y de acuerdo a las
cifras, generar una continuación de la violencia. Las mujeres y niñas no somos incubadoras, ni
nacimos exclusivamente para ser madres, somos personas y merecemos el poder de tomar
decisiones sobre nuestras vidas.

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