Presidencialismo de entrega inmediata

Una de las principales fallas recurrentes por las que se distingue el actual Gobierno Federal lo es sin duda el abuso del discurso demagógico travestido de falso “nacionalismo” donde se critica a los Estados Unidos pero se cumplen sus exigencias bajo amenaza, se sataniza a las empresas extranjeras pero se termina pagando multas por incumplimiento y donde se exigen garantías de paz y se presume libertad de expresión al exterior en tanto se baten records de matanzas sexenales y asesinatos de periodistas.

Y es justo lo anterior lo que los mexicanos seguimos viendo luego de la pasada visita del presidente de la República en Washington donde—al igual que con Donald Trump—se le negó como Jefe de Estado ser hospedado en la Casa Blanca, recibiendo el mismo trato de lacayo.

Como era de esperarse, ante su imposibilidad en cuanto a cumplimiento en materia de combate al Narcotráfico y por sus violaciones infantiloides al T-MEC en materia de energía limpia, no lo quedó de otra que volver a ceder igual que como lo hizo anteriormente: capturando nuevamente a una nulidad como Caro Quintero (para no tener que entregarles a Ovidio Guzmán) y ofreciéndole a Biden “gasolina más barata” a costa de nuestros impuestos; esto es, la misma gasolina que López se ve obligado a comprarle a los norteamericanos pero subsidiada por los mexicanos, ante el aumento del combustible en aquél país, además de comprometerse a invertir en Estados Unidos para construirles gasoductos y bajar más aranceles para las importaciones a México de productos estadounidenses; esto es, comprando el perdón del Gobierno Noteamericano con cargo a los bolsillos de todos los mexicanos—y lo que nos pueda quedar de soberanía—igual que hizo con Trump al entregarle la industria automotriz mexicana, nuestras Fuerzas Armadas para cuidarles la frontera y nuestros insumos agrícolas para aplacar su ira.

De modo que con este tipo de presidencialismo de entrega inmediata para con los extranjeros y de represión y terrorismo fiscal para los mexicanos, el Ejecutivo federal encontró la fórmula para compensar servilmente sus fallas y fracasos a quienes gobiernan al norte del Río Bravo.

Si el llamado “ideario juarista” bien puede resumirse en nada menos que en la entrega inmediata de soberanía, territorio o bienes para beneficio de los inquilinos en turno de la Casa Blanca, el presidente López no deja de ser un claro ejemplo de eso mismo.

Twitter: @sada_enrique

Las opiniones vertidas en este espacio son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan, necesariamente, el pensamiento de Código Libre.

Dejar una comentario

Por favor ingresa tu comentario
Por favor introduce tu nombre aquí
Captcha verification failed!
CAPTCHA user score failed. Please contact us!