Canibalismo

La edición de este domingo del semanario Proceso venía con la leyenda: Buenos días, su misión, si decide aceptarla, es leer la versión que escribe Julio Scherer Ibarra y la crónica de Jorge Carrasco. Este mensaje autodestruirá a la 4t en 7 páginas. Buena suerte”.

Sin cortapisas, Scherer devela lo que a su juicio es un compló en su contra orquestado por el Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero y la hoy senadora Olga Sánchez Cordero. La ex Secretaria de Gobernación seguramente se sintió halagada porque alguien la considerara capaz de orquestar algo; por eso en un tuit señaló que daba por cerrado el tema ¿y cómo no? Seguramente pensó que es mejor que la retraten como si tuviera una mente maquiavélica y no como un florero. 

Al Fiscal, como arbolito de navidad, solo le cuelgan unas esferas más. Su reputación y credibilidad están más sepultadas que la mina de oro más profunda.

Y bueno, Scherer no es que tenga la fama de ser el más intachable, al contrario, tiene ese tipo de imagen que provoca que si alguien dijera que de noche se convierte en lobo y come niños, más de uno diría que es verdad, que lo ha visto con sus propios ojos devorarse un par.

Sin embargo, lo que es un hecho es que al que dejan mal parado es al presidente pues fue él quien escogió, acogió y defendió las corruptelas de las que se acusan mutuamente los involucrados en este triángulo (des)amoroso. 

El presidente sabiendo que se estaba mezclando la nitroglicerina con el dióxido de silicio no hizo nada para detener la dinamita. Fiel a negacionismo y de atender sus temas prioritarios (atacar a los medios, a las ong’s o empresarios) sobre los importantes y urgentes, dejó que la mecha se prendiera.

Hoy el conflicto le estalló dejando claro que:

1. La transformación del país que predica Andrés Manuel López Obrador tiene cimientos de arena y a la menor provocación (o carta o grabación) se viene abajo.

2. Su pañuelito blanco con la que anuncia que terminó la corrupción, se ha ido volviendo gris como la casa donde vivió su hijo mayor.

3. El daño que no le han podido hace el PRI, el PAN y el PRD lo están haciendo los suyos.

4. Su círculo cercano es caníbal.

5. Antes de meterse con los medios, las organizaciones de la sociedad civil, la academia, los empresarios, la clase media, el presidente debería arreglar su casa y poner orden a su círculo cercano.

6. Su discurso de “él no estaba enterado” pudo funcionar cuando era Jefe de Gobierno, pero no funciona cuando él es el mandatario.

7. No le podrá echar la culpa a los neoliberales, a la mafia del poder o a Felipe Calderón de lo que está pasando en su gobierno.

8. Este conflicto que hoy es dinamita pura puede ser nucleeerar Jacobo, nucleeeear y ni Adán Augusto López podrá resolverlo. 

Twitter: @vianeyesquinca

Las opiniones vertidas en este espacio son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan, necesariamente, el pensamiento de Código Libre.

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