Los gobiernos deben destinar más dinero y recursos a preservar el bienestar mental de los niños y adolescentes, instó el martes la agencia de protección de la infancia de la ONU.
Los psiquiatras detectaron rápidamente signos de angustia, puesto que niños y adolescentes buscaban ayuda para pensamientos suicidas, ansiedad, trastornos alimentarios y otras dificultades a medida que los cierres y el cambio a la enseñanza a distancia les separaban de sus amigos y rutinas, y cuando el Covid-19 mataba a padres y abuelos.
El impacto en la salud mental a causa de la pandemia afecta, principalmente, a niños pobres y vulnerables.
La UNICEF afirma que su estudio sobre el “Estado Mundial de la Infancia” es el más completo que ha realizado en lo que va del siglo sobre la salud mental de los niños y adolescentes de todo el mundo.
La crisis del coronavirus, que obligó a cerrar escuelas y trastornó la vida de niños y adolescentes.
De acuerdo con UNICEF, pueden pasar años para medir por completo el impacto de la pandemia en la salud mental de los jóvenes.
Los psiquiatras pediátricos afirman que ya estaban escasos de recursos antes de que la pandemia provocara un aumento en el número de casos.
Los gastos en la promoción y protección de la salud mental “son extremadamente bajos” y, sin embargo, las necesidades son apremiantes, según UNICEF.