Mientras muchos no vacunados están volviendo a viajar, a reunirse en grupos, y a regresar a gimnasios y templos, los vacunados se quedan en sus casas.
“Estoy preocupada, no me quiero enfermar”, dice Russell, una residente de Des Plaines, Illinois, de 58 años de edad y quien está buscando empleo mientras subsiste con subsidios por discapacidad.
“Esa gente que está volviendo a sus vidas normales está viviendo en una burbuja, son unos egoístas que se niegan a creer en los datos científicos”, añadió.
A medida que la variante delta provoca un aumento de los casos, adultos mayores en estados unidos están muy preocupados de que ellos o algún familiar contraerán el virus.
Los más propensos a estar inquietos son los vacunados. Entre el sector de la población que dice no estar nada preocupado, sólo el 25% está vacunado y el 61% no está vacunado.
La preocupación generalizada está teniendo consecuencias de salud: Los preocupados dicen tener una peor calidad de vida, peor salud mental y física y menos actividades y relaciones sociales.
La dicotomía es a la vez sorprendente y lógica; si bien los no vacunados están más susceptibles a contraer el virus, el hecho de que se han negado a vacunarse revela que consideran exagerada la amenaza.
Aproximadamente una cuarta parte de los adultos mayores, entre ellos una tercera parte de los más preocupados por Covid-19, dicen que sus vidas sociales han empeorado.
Los adultos mayores vacunados tienden a evitar las concentraciones de personas, están casi siempre con cubrebocas y no viajan en avión.
Las personas vacunadas son más propensas a decir que no irán a bares ni restaurantes en los próximos días.
El doctor Irwin Redlener, experto en políticas de salud pública y director de Centro Nacional para la Prevención de Desastres en la Universidad de Columbia, explica que los no vacunados tienden a tenerle menos miedo al virus debido “a su desprecio hacia la ciencia”.
“Los vacunados saben de la realidad científica del riesgo. Han leído los reportes de casos nuevos, de variantes y mutaciones, de gente que tiene el virus a pesar de estar vacunada”, expresó Redlener.
Ello provoca ansiedad entre los vacunados, aunada a la falta de confianza en los expertos y las autoridades especialmente ahora con el tema de las vacunas de refuerzo, indicó Redlener.
Con información de AP