La demanda de pruebas para detección del coronavirus está cayendo en varias comunidades de Estados Unidos.
Actualmente los expertos consideran que el ritmo de contagios de COVID-19 está retrocediendo, un hecho que brinda optimismo al país.
Sin embargo, les preocupa que las variantes emergentes del virus puedan prolongar la crisis de salud.
Las pruebas en Estados Unidos alcanzaron su punto máximo el 15 de enero. Desde entonces, el número promedio de pruebas diarias ha disminuido más de un 28%
La caída refleja disminuciones en todas las principales mediciones sobre el avance del virus desde enero, como cifras de casos nuevos, hospitalizaciones y muertes.
Otros motivos que explican esta caída son las condiciones invernales adversas, que obligaron a la gente a permanecer en casa.
Algunos especialistas advierten que se deben duplicar las pruebas para prevenir brotes de variantes del coronavirus como en Reino Unido, Sudáfrica y otros países.