“Elephant in the room” (“el elefante en la habitación”) es un modismo inglés que hace referencia a un tema evidente que es ignorado por los presentes en algún lugar; así fueron los primeros 78 minutos de la conferencia mañanera de este lunes, tiempo que el presidente Andrés Manuel López Obrador tardó en tocar el tema de su decisión de no felicitar al virtual ganador de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, Joe Biden.
“Sabía que me iban a hacer la pregunta”, fue la frase con la que inició su extensa explicación de por qué la postura del gobierno mexicano será la de esperar a que la elección se defina legalmente.
¿Qué queremos? Actuar con prudencia, que las autoridades resuelvan y entonces nos vamos a pronunciar y a reconocer lo que se decida en las instancias competentes en Estados Unidos, aseguró.
Después de hablar sobre las inundaciones en Tabasco provocadas por el paso de la tormenta tropical “Eta” y explicar con detalle la geografía de su estado natal, el mandatario aclaró que no tiene nada en contra del Partido Demócrata ni del Partido Republicano.
Nosotros somos del partido de México, recalcó.
El presidente calificó como ataques de sus adversarios las críticas que ha recibido por nofelicitar al candidato demócrata, Joe Biden, como lo han hecho los líderes de otros países.
¿Por qué tanta ansia, tanta desesperación? Prudencia. Los opositores nuestros aprovechan para decir que no estamos haciendo bien las cosas y no, estamos actuando con responsabilidad y con apego a principios, aseguró.
López Obrador recordó que en la elección presidencial de México en 2016, algunos dirigentes de otros países –como José Luis Rodríguez Zapatero, entonces presidente del Gobierno de España– se apresuraron a felicitar a Felipe Calderón antes de que terminara el proceso legal, lo cual calificó como una imprudencia. “Los diplomáticos a veces son muy ‘afanositos’”, opinó.
Las preguntas al presidente para detallar esta decisión se hicieron inclusive sin micrófono, lo cual no impidió que López Obrador las respondiera, como cuando se le cuestionó si había consultado el tema con el canciller Marcelo Ebrard, con quien, aseguró, intercambió puntos de vista, pero decidió utilizar su facultad constitucional como presidente –establecida en el Artículo 89–, que establece que el mandatario es el encargado de la política exterior de México.
Para explicar esto, pidió a su secretario de Prensa, Jesús Ramírez, que proyectara en la pantalla del Salón Tesorería del Palacio Nacional el artículo íntegro de la Constitución Mexicana, que enumera las facultades y obligaciones del presidente.
Sobre el artículo, López Obrador destacó el apartado que dice:
En la conducción de tal política, el titular del Poder Ejecutivo observará los siguientes principios normativos: la autodeterminación de los pueblos; la no intervención; la solución pacífica de controversias; la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales; la igualdad jurídica de los Estados.
Apuntó que durante el mandato del presidente Donald Trump, ha habido una relación de respeto y de no intervención entre Estados Unidos y México.
Nosotros no podemos inmiscuirnos en la política de otros países, tenemos que ser respetuosos de la decisión que tomen los pueblos, que tomen los gobiernos extranjeros, recalcó.
