“Alien: Romulus,” la nueva entrega de la franquicia “Alien”, dirigida por Fede Álvarez, regresa a las raíces del terror establecido en la película original de 1979.
Sin embargo, esta entrega no es una secuela directa, sino una “intercuela” que se sitúa entre las películas existentes de la saga. La protagonista es Rain Carradine, interpretada por Cailee Spaeny, quien lidera un grupo de jóvenes en una misión peligrosa a una estación espacial aparentemente abandonada, enfrentándose a la amenaza icónica del Xenomorfo.
La trama se desarrolla en una colonia minera propiedad de la corporación Weyland-Yutani, donde la vida es sombría y opresiva. Rain, tras la muerte de sus padres, decide unirse a un equipo de amigos para asaltar la estación espacial en busca de una mejor vida. Sin embargo, pronto descubren que no están solos en la estación, enfrentándose a horrores indescriptibles.
La película es notable por su uso de efectos prácticos y un enfoque más oscuro y aterrador, recordando la tensión y el suspenso del original de Ridley Scott.
“Alien: Romulus” ha sido recibida con expectativas mixtas, con algunos fans apreciando los guiños al pasado y el retorno al horror, mientras que otros pueden encontrar los giros finales del filme sorprendentes o incluso cómicos.
Sin embargo, la cinta cumple con su objetivo de mantener el legado de la franquicia, ofreciendo una experiencia aterradora y visceral.
