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La misión Peregrine Uno, dirigida por la empresa Astrobotic, despegó exitosamente desde Florida hacia la Luna, llevando a bordo tecnología desarrollada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Sin embargo, la misión enfrenta retos significativos debido a una anomalía que ha afectado la orientación de sus paneles solares hacia el Sol, crucial para su suministro energético. Esta situación pone en riesgo la continuidad de la misión, que es la primera robótica comercial estadounidense con destino a la Luna.
A través de las redes sociales, Astrobotic informó que para seguir adelante es esencial lograr cargar las baterías y mantener un suministro de energía estable.
El lanzamiento de la Misión Peregrine Uno (PM1) se realizó mediante el nuevo cohete Vulcan Centaur de United Launch Alliance (ULA) desde la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral.
A pesar de la exitosa separación del módulo del cohete y la activación de sus sistemas de propulsión, Astrobotic reportó que se produjo una anomalía impidiendo una orientación solar estable.
Esta misión incluye un proyecto denominado “Misión Colmena“, liderado por Gustavo Medina Tanco del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la UNAM. La misión consiste en cinco micro robots que enfrentarán desafíos como la vibración del cohete, las extremas variaciones de temperatura lunar, alta radiación y la interferencia electromagnética.
Cada robot pesa menos de 60 gramos y mide 12 centímetros de diámetro, representando una innovación en miniaturización extrema en la exploración espacial. Medina Tanco resaltó la singularidad de esta tecnología y la importancia de que México posea y fortalezca estas capacidades para futuras misiones espaciales, incluyendo minería lunar y proyectos científicos en la superficie lunar.
