En un reciente comunicado, el grupo Estado Islámico (EI) se atribuyó la responsabilidad de dos ataques suicidas ocurridos en Irán, los cuales se dirigieron a una ceremonia en memoria del general iraní Qassem Soleimani.
Este incidente, que representa uno de los ataques más graves en Irán en las últimas décadas, causó la muerte de al menos 84 personas e hirió a otras 284 en Kerman.
Según expertos, este comunicado es consistente con el modus operandi del EI, un grupo conocido por sus ataques de gran impacto y que busca beneficiarse del caos regional, especialmente aprovechando la guerra de Israel contra Hamás en Gaza.
El ataque tuvo lugar durante un evento conmemorativo por Soleimani, asesinado en 2020 por un dron estadounidense.
El EI identificó a los atacantes como Omar al-Mowahed y Seif-Allah al-Mujahed, quienes habrían utilizado chalecos explosivos. Este ataque no solo tuvo un impacto devastador en términos de pérdida de vidas humanas sino que también exacerbó las tensiones regionales en Oriente Medio.
El EI ha intentado incitar a Irán a atacar a Israel, buscando expandir el conflicto a una conflagración regional más amplia que pueda ser explotada por el grupo. Esta estrategia está en línea con su objetivo de fomentar el caos y beneficiarse de las tensiones existentes.
El grupo, que anteriormente controlaba un vasto territorio en Irak y Siria, ha sufrido divisiones pero continúa organizando ataques significativos en la región.
El gobierno iraní no ha respondido directamente al comunicado del EI, pero la prensa estatal ha informado sobre el ataque. La investigación oficial sugiere que atacantes suicidas están detrás del atentado, con imágenes de vigilancia que indican claramente la detonación de explosivos por un atacante en el lugar.
Con información de AP
