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La sidra, una bebida tradicional en muchas culturas, es reconocida no solo por su sabor único sino también por su contenido nutricional. Esta bebida contiene una variedad de vitaminas como C, varias del grupo B (B1, B2, B3, B6, B7), E, y K.
Además, la sidra es rica en minerales esenciales como potasio, zinc, magnesio, fósforo y sodio. Su contenido en antioxidantes naturales es significativo, contribuyendo a mitigar los efectos de los radicales libres en el cuerpo. Además de estos nutrientes, la sidra es fuente de polifenoles, entre ellos la quercetina, un compuesto que ayuda a combatir alergias naturalmente.
Entre sus propiedades, se destacan también sus efectos depurativos y diuréticos, favoreciendo la eliminación de ácido úrico y regulando los niveles de azúcar en la sangre, además de prevenir la formación de cálculos renales.
Históricamente, la sidra tiene raíces profundas en diversas culturas, siendo conocida por hebreos, egipcios y griegos, y perfeccionada posteriormente por los árabes en sus avanzados sistemas agrarios. En España, especialmente en Asturias, la sidra adquirió características únicas, como su acidez y efervescencia.
En México, la sidra es un producto destacado, especialmente en los municipios de Huejotzingo y Zacatlán de las Manzanas, Puebla, donde se elabora principalmente a partir de la manzana criolla, una variedad de la Red Delicious. Además de esta variedad, se utiliza gala, golden delicious y red delicious en su producción.
La sidra que se consume durante el fin de año de 2023, por ejemplo, se elaboró a partir de manzanas cosechadas en 2022. Más allá de su sabor, la sidra es una bebida digestiva que regula funciones intestinales, siendo ideal para después de comidas copiosas.
A pesar de ser alcohólica, su graduación es baja, variando entre un 3% y un 8% en volumen, y aporta en 100 cc. aproximadamente 4 gramos de alcohol, seis gramos de hidratos de carbono y 52 calorías.