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La misión lunar rusa, Luna-25, enfrentó dificultades recientemente, poniendo en evidencia la competitividad en el espacio entre las principales potencias mundiales. Con el objetivo de demostrar que Rusia sigue siendo un competidor en la carrera espacial a pesar de los desafíos postsoviéticos y el alto costo de la guerra en Ucrania, el fallo de Luna-25 ha sido un golpe para las aspiraciones espaciales del país.
Ante este acontecimiento, la Organización de Investigación Espacial de la India (ISRO) anunció en X, antes conocido como Twitter, que su nave Chandrayaan-3 tiene previsto alunizar el 23 de agosto. Esta noticia sitúa a Rusia en una competencia directa no solo con India, sino también con China y Estados Unidos, ambos con avanzadas ambiciones lunares.
Anatoly Zak, experto en el programa espacial ruso y editor de www.RussianSpaceWeb.com, mencionó que el “sistema de control de vuelo era un área vulnerable”, y Rusia había priorizado un alunizaje ambicioso antes que una misión orbital más convencional.
La misión rusa Luna-25, que esperaba encontrar agua en forma de hielo en la superficie lunar, estaba programada para alunizar el 21 de agosto, dos días antes que la misión india Chandrayaan-3. Rusia, que había logrado alunizar con éxito con la Luna-2 en 1959, enfrenta ahora incertidumbre en su programa lunar futuro, que incluye planes de colaboración con China.
