¿Quiénes están detrás del homicidio de Hipólito Mora?

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En la localidad de La Ruana, Michoacán, se desató la violencia en plena luz del día cuando un comando de sicarios atacó el vehículo en el que viajaba Hipólito Mora Chávez, fundador del movimiento de autodefensas que enfrentó al cártel de Los Caballeros Templarios.

En el ataque, que fue difundido a través de videos en redes sociales, Mora Chávez y sus acompañantes fueron masacrados y su camioneta fue incendiada.

Si bien no se realizaron detenciones inmediatas, surgieron versiones sobre los posibles responsables, y el propio Mora Chávez había anticipado el conflicto con el grupo de Los Viagras, brazo armado de Cárteles Unidos.

En una conversación con el periodista Óscar Balderas, Mora Chávez reveló que había denunciado la ubicación de narcolaboratorios en el estado a la Secretaría de Gobernación, lo cual provocó que Los Viagras le declararan la guerra.

En particular, un sujeto apodado “La Sirena”, identificado como Heladio Cisneros Meneras, comenzó a perseguirlo.

“La Sirena” ha sido señalado como el jefe de plaza de Los Viagras en La Ruana desde al menos 2018 y se le atribuyen actividades criminales como el manejo de narcolaboratorios, extorsiones, secuestros, robos y ejecuciones.

¿Qué declaró el hermano de Hipólito Mora?

En relación con el asesinato de Mora Chávez, Guadalupe Mora, hermano de la víctima, acusó directamente a “La Sirena” y a Nicolás Sierra Santana, alias “El Gordo” o “El Coruco”, otro presunto líder de Los Viagras.

Nicolás Sierra Santana sería el principal líder de esta organización criminal, en la que también estarían involucrados sus hermanos Rodolfo, Jorge Carlos y Gabino.

Además de dirigir la estructura del grupo, se le atribuyen acciones como ordenar bloqueos en carreteras para liberar a sus subordinados cuando son capturados por las autoridades.

Se ha planteado la posibilidad de complicidad de la Guardia Nacional, la Guardia Civil y el Ejército en el asesinato de Hipólito Mora, ya que, según las declaraciones de Guadalupe Mora, los uniformados se encuartelaron poco antes de la masacre y tardaron más de media hora en llegar tras los llamados de auxilio.

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