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A más de un año del accidente fatal ocurrido en la Línea 12 la tragedia volvió a repetirse en la Línea 3 con 100 heridos y una estudiante muerta como saldo rojo mientras la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, aseguró que más que fallas en el Sistema de Transporte Colectivo de la Ciudad de México, existe “una campaña en contra del Metro y sus trabajadores”.
Esta declaración desafortunada se da en un contexto de quejas diarias por parte de los usuarios de un servicio público que pagan de sus bolsillos, respecto a conductores en estado de ebriedad, enfrenones, cortos circuitos, humo saliente de los trenes, incendios e inundaciones, trenes que salen de servicio para revisión y retrasos por falta de mantenimiento como la suspensión entre la Estación Salto del Agua y Cuauhtémoc que obligó a los usuarios a tomar autobuses para conectar desde el Centro Histórico hasta Insurgentes.
Después de un año y ocho meses de la tragedia en la Línea 12, la jefa de gobierno como candidata precoz acudió a reabrir el tramo subterráneo que va de la terminal Mixcoac a Atlalilco luego que desde el jueves pasado ordenó el despliegue de 6 mil elementos de la Guardia Nacional para vigilar el Metro de la CDMX, ante los “incidentes inusuales” ocurridos en el sistema de transporte, según sus propias palabras.
Sin embargo, salió a relucir este fin de semana que desde julio de 2022, el Órgano Interno de Control (OIC) del Sistema de Transporte Colectivo Metro emitió recomendaciones a la Subdirección General de Mantenimiento por la falta de cumplimiento en el mantenimiento a trenes por los que se pagaron más de 997 millones 238 mil 684 pesos destinados para el mantenimiento de vagones averiados; dinero que en vez de usarse en el Metro la regenta prefirió desviar para tapizar de espectaculares y bardas con su imagen el resto del país en su campaña ilegal y anticipada.
Ahora, con todo y despliegue de la Guardia Nacional—tan incapaz para arreglar fallas mecánicas como para prevenir ningún accidente ni autosabotaje—hubo ya otro incidente en la Línea 7 causado por desprendimiento entre dos vagones.
Mientras tanto, el ciudadano común cruza los dedos para no convertirse, ni él ni nadie entre su familia, en una estadística más por parte de quien como precandidata no ha escatimado sangre ni corrupción a costa de sus gobernados.
