La caravana de unos 5.000 migrantes, supone la más grande formada este año y, a diferencia de ocasiones anteriores, la mayoría de sus integrantes son de Venezuela, de donde miles han salido para huir de la crisis social, económica y política que vive.
Hasta enero, muchos venezolanos que migraban volaban cómodamente como turistas a Ciudad de México o Cancún y luego se dirigían a la frontera con Estados Unidos para cruzar de forma irregular. Muchos hacían ese trayecto en sólo cuatro días. En enero, la Patrulla Fronteriza expulsó a venezolanos en casi 23.000 ocasiones.
Las cosas cambiaron cuando México empezó a pedirles visa para entrar. Las interceptaciones en la frontera con Estados Unidos cayeron a poco más de 3.000. A la vez, crecían las solicitudes de asilo en México. Hasta junio, unos 5.000 venezolanos pidieron refugio frente a los menos de 4.300 de todo el año pasado.
El flujo de venezolanos ha continuado aunque de forma más peligrosa y en la clandestinidad.
Desde enero, más de la mitad de los 34.000 migrantes que cruzaron el Darién, la selva que separa Colombia y Panamá, eran venezolanos, según el Servicio Nacional de Migración de Panamá.
Con información de AP