Si el presidente decide exigirle disculpas a España por la conquista “fue idea de Beatriz”; si el mandatario le echa pleito al gobierno de Austria por el penacho de Moctezuma “tiene todo el sello de Beatriz”; si el Ejecutivo nominó a Pedro Salmerón como embajador de Panamá y lo defendió hasta el último momento “es que es amigo de Beatriz”; si el tabasqueño nominó a Eduardo Villegas Megías como embajador en Rusia “fue por recomendación de Beatriz”; si hicieron renunciar a Mónica Maccise al CONAPRED “fue por petición de Beatriz”; vamos, hasta la absurda carta con la que el presidente respondió al Parlamento Europeo “seguro se la dictó Beatriz”.
Seguramente muchas de las cosas que le achacan a Beatriz Gutiérrez Müller no son reales y otras en las que no se menciona, sí. Lo que es un hecho es que la reputación que se ha creado hace perfectamente factible su intervención en asuntos del Estado, a pesar de no ser funcionaria pública.
Gutiérrez Müller representa a Andrés López Obrador en eventos como la toma de posesión de Gabriel Boric, presidente de Chile o la reunión con el mandatario argentino, Alberto Fernández, para expresarle su apoyo frente a “la gran ofensiva de la derecha”.
El año pasado también representó al tabasqueño en Europa “para conseguir códices, piezas y objetos arqueológicos e históricos de México”.
Quien dijo que no quería ser primera dama ni encabezar el DIF, está haciendo exactamente lo mismo que en su momento Martha Sahagún hizo con Vicente Fox, ser parte de la política nacional. Una persona con la que hay que tener cuidado en no enemistarse, o, por lo contrario, estar entre sus amistades.
Gutiérrez Müller tiene mayor preparación académica que cualquiera de las que hayan sido primera dama, pero a diferencia de otras esposas de Ejecutivos, parecería que a ella no le interesa caer bien. No es un desecho de carisma y muy probablemente sabe que se convierte en el flanco preferido de las redes sociales a la mayor provocación, sobre todo en Twitter, donde incluso no solo bloquea a quien no le gusta, sino que anuncia que dejará de participar activamente, para luego volver a entrar a esa red social.
Quién se autodefine como: “madre de familia, esposa, escritora, profesora universitaria y en perpetuo aprendizaje” se ha convertido en un personaje recurrente en la grilla. No pasa desapercibida, incluso su presencia se hace sentir cada vez más.
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