En México, la demencia no se diagnostica a tiempo, por eso cuando el diagnóstico llega, en la mayoría de los casos, el paciente ya tiene un síndrome con cuatro años de evolución, advirtió el doctor Agustín Torres Cid, especialista en psiquiatría y autor de la “Guía para sobrevivir al cuidado de un paciente con Alzheimer y otros tipos de demencia”.
La exigencia de cuidados que conlleva el tratamiento de una enfermedad progresiva, en donde los síntomas empeoran gradualmente el exhorto es a prestar atención a los síntomas y obtener atención y atención adecuada.
Y es que el desgaste no sólo es para el propio paciente sino para el entorno familiar que padece un impacto económico severo, a lo que se suma también el deterioro que podría padecer el cuidador principal.
Es oportuno recordar que la demencia es un síndrome, es decir un grupo de trastornos, que deteriora la memoria y la razón, principalmente.
En México la población envejece, por tanto, cada vez hay más adulos mayores que infantes menores de cinco años. Se prevé que para el año 2050, la proporción de menores de 15 años de población total disminuirá de 30.0 por ciento a 17.4 por ciento, por tanto, habrá un incremento en la demanda de servicios de salud enfocada a la atención de enfermedades propias del envejecimiento, como son las demencias.
En la actualidad, en el país el 7.5 por ciento de los adultos mayores tienen enfermedad de Alzheimer, de acuerdo con los datos disponibles en el libro Gerontología para la vida activa.
¿Cuáles son los factores de riesgo para la demencia tipo Alzheimer?
El Alzheimer es un tipo de demencia que causa problemas con la memoria, pen pensamiento y el comportamiento, que en un largo plazo pueden intervenir con las tareas cotidianas.
Si bien cualquier persona puede padecer Alzheimer hay factores de riesgo que hacen más propensas a unas que a otras.
El envejecimiento es el mayor factor de riesgo para el Alzheimer, ya que la mayoría de las personas con la enfermedad tienen 65 años o más. Incluso, casi un tercio de las personas con Alzheimer son mayores de 85.
Por tanto, los factores de riesgo son: la edad, los antecedentes familiares, y la herencia.
Si bien estos factores no se pueden modificar, hay otros en donde sí se puede influir como son el bienestar y la prevención de otras afecciones como: lesiones en la cabeza, salud cardiovascular.
De igual forma, un estilo de vida saludable con una dieta mediterránea, una actividad social activa, la práctica regular de ejercicio, así como evitar consumo de tabaco o alcohol ayuda a mejorar el cuerpo y la mente.
¿Cuáles son las consecuencias de la demencia?
En su participación dentro del Seminario ‘Desafíos en salud mental y neurológica’ que organizó Lundbeck, el especialista Agustín Torres explicó que la demencia tiene importantes repercusiones sociales, pero también económicas.
Con más de 50 millones de personas en el mundo afectadas por demencia a nivel mundial, y con diez casos nuevos cada año, la demencia genera un costo social bastante elevado. Tan sólo en 2015, se estimó que el 1.1 del Producto Interno Bruto (PIB) se destinó para su atención.
La situación empeora al precisar que el 60 por ciento de las personas afectadas con demencia viven en países de ingresos bajos y medios.
¿Hay tratamiento para la demencia tipo Alzheimer?
No existe un tratamiento o cura para detener o invertir el deterioro mental de la enfermedad, sin embargo, sí hay medicamentos para aliviar los síntomas, y para controlar alteraciones conductuales.
En este sentido, se hizo mucho énfasis en la utilidad de la terapia conductual, que sirve a los pacientes ya que al mejorar estrategias ambientales hay mejoría en evitar situaciones de desorientación.
¿Qué hacer para reducir el riesgo de padecer demencia?
El especialista señaló que hay factores de riesgo modificables en donde una persona sí puede incidir, y por ello se recomienda practicar ejercicio con regularidad, no formar, evitar el uso nocivo de alcohol, controlar el peso, tomar una alimentación saludable y mantener bajo control la tensión arterial, el colesterol y la glucosa.
Otros factores en donde se puede incidir también es la depresión, el bajo nivel educativo, el aislamiento social y la inactividad cognitiva.
