Tras de casi 2 meses de estar en la unidad de cuidados intensivos (UCI), un paciente se tomó un momento para llenar sus pulmones con el aire fresco de la playa de Barcelona.
El paciente permaneció en una camilla en el paseo marítimo y escoltado por un médico y tres enfermeras que vigilaban en todo momento sus signos vitales.
Ha sido uno de los mejores días que recuerdo.
Un equipo médico del Hospital del Mar estudia si salidas breves a la playa pueden ayudar a los pacientes enfermos de COVID-19 tras largas estancias en la UCI.
La doctora Judith Marín explicó que esta actividad forma parte de un programa, para “humanizar” las UCI, con el que llevan experimentando desde hace dos años.
Los protocolos de aislamiento adoptados desde mediados de marzo desbarataron meses de esfuerzos por integrar a los pacientes de UCI con profesionales del resto del hospital.
En abril, el centro operaba con varias salas adicionales de UCI y amplió su capacidad normal, de 18 pacientes en cuidados intensivos a 67.
Desde que reiniciaron el programa a principios de junio, los médicos dijeron que incluso pasar 10 minutos en la playa parece mejorar el bienestar de los pacientes.
El equipo quiere profundizar en estos indicios y ver si las salidas pueden ayudar en la recuperación de los pacientes con COVID-19.
