La presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, descartó que el país se encamine hacia una dictadura, a pesar de que su partido, Morena, cuenta con una supermayoría en el Congreso. Sheinbaum subrayó que su movimiento siempre ha luchado por la democracia y negó que la reciente asignación de diputados federales, que permite a Morena modificar la Constitución sin necesidad de apoyo de la oposición, sea un indicio de autoritarismo.
El comentario de Sheinbaum se produce tras la decisión del Tribunal Electoral que ratificó el acuerdo del INE sobre la asignación de diputados, dando a Morena y sus aliados control suficiente para impulsar reformas constitucionales. Entre las reformas planeadas está la propuesta de someter la elección de miembros del Poder Judicial a votación popular, lo que ha generado preocupación entre opositores y diversas organizaciones nacionales e internacionales.
Sheinbaum, quien asumirá la presidencia el 1 de octubre, minimizó las críticas y afirmó que estas reformas responden a la voluntad del pueblo de México. A pesar de la oposición, incluida la de estudiantes de Derecho de la UNAM, Sheinbaum se mostró confiada en que no habrá más protestas significativas una vez que inicie la votación de las reformas la próxima semana.