[responsivevoice_button voice=”Spanish Latin American Female” buttontext=”Escuchar”]
El Congreso de Guatemala enfrenta un retraso significativo en la ceremonia de investidura del presidente electo Bernardo Arévalo de León, representante del partido socialdemócrata.
Este retraso ocurre en medio de intensas discusiones y controversias judiciales que han marcado los meses posteriores a su inesperada victoria electoral.
Arévalo de León, quien se destacó en su campaña por su compromiso con la lucha contra la corrupción, ha sido el centro de maniobras legales que intentaron invalidar su victoria.
Aunque la Constitución guatemalteca estipula que el Congreso debe juramentar al nuevo presidente a más tardar a las 16:00 horas locales, este plazo se superó sin que el nuevo Parlamento estuviera siquiera instalado.
Esta situación ha llevado a Bernardo Arévalo de León a expresar su preocupación en redes sociales, acusando intentos de vulnerar la democracia mediante ilegalidades y abusos de poder.
El Parlamento, con mayoría de derecha, ha encontrado dificultades para llegar a un consenso sobre la elección de su nueva junta directiva.
Una de las principales disputas gira en torno a si se debe declarar “independientes” a los congresistas del partido Semilla de Arévalo, siguiendo una orden judicial que suspendió a este movimiento político por supuestas irregularidades en su fundación.
El retraso en la investidura de Arévalo ha generado descontento entre sus seguidores, incluyendo un gran número de ciudadanos indígenas. Estos seguidores han logrado acercarse a la sede del Parlamento, a pesar de las tensiones con la Policía, que hasta ahora no ha reprimido la manifestación.
La ceremonia cuenta con el respaldo de importantes figuras internacionales, incluyendo al jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, delegados de Washington, el rey de España, Felipe VI, y presidentes de Colombia, Chile, Honduras y Panamá.
