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En un incidente reciente en Tamaulipas, México, 32 migrantes fueron liberados por sus secuestradores en el estacionamiento de un centro comercial en Río Bravo.
Las autoridades no realizaron arrestos en relación con el secuestro, que ocurrió el 30 de diciembre en la autopista Reynosa-Matamoros.
Este grupo incluía un bebé que no tenía boleto para el autobús interceptado por los criminales. Contrario a los informes iniciales que sugerían un rescate por parte de las autoridades, las víctimas ya habían sido liberadas antes de la llegada de los agentes.
Los migrantes, originarios de Venezuela, Honduras, Ecuador y Colombia, viajaban en un autobús de Grupo Senda desde Monterrey a Matamoros para tramitar visas humanitarias en Estados Unidos.
Tras su liberación, fueron trasladados a Reynosa para proporcionar declaraciones a la Fiscalía estatal. Se espera que continúen su viaje a Matamoros para solicitar asilo en los Estados Unidos.
La situación de los migrantes en Tamaulipas, una zona donde los secuestros son frecuentes ha empeorado en los últimos dos meses, según declaraciones de Francisco Gallardo López, encargado de la Pastoral de Movilidad Humana de la Diócesis de Matamoros.
Gallardo detalló que los secuestradores a menudo exigen rescate y someten a las víctimas a torturas y abusos.
La Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana de México, Rosa Icela Rodríguez, calificó el secuestro como “atípico” por el número de víctimas involucradas.
En tanto, el Presidente Andrés Manuel López Obrador también reconoció la problemática de secuestros de migrantes para extorsionarlos en la región norte de México.
Paralelamente, congresistas republicanos de Estados Unidos visitaron la frontera para exigir políticas migratorias más estrictas, aumentando la presión sobre el gobierno de Biden.
