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En Argentina, el presidente Javier Milei, conocido por su postura ultraliberal, implementó un plan de ajuste económico que llevó a una reducción significativa de los subsidios estatales y a un aumento en las tarifas de servicios básicos.
Este cambio de paradigma representa un giro drástico para los argentinos, acostumbrados a políticas populistas de subsidios estatales en áreas como el transporte y la energía.
Milei asumió el cargo el 10 de diciembre y desde entonces aplica medidas destinadas a reducir el gasto público para contrarrestar el déficit fiscal y la inflación, que alcanza casi el 161% anual.
A pesar de la inexperiencia política de Milei y sus controvertidas propuestas de ajuste, los argentinos lo eligieron en el balotaje presidencial de noviembre, apostando por un cambio tras dos décadas de populismo.
El plan de Milei incluye una devaluación del peso del más del 50%, recortes en el empleo público, suspensión de obras públicas y reducción de subsidios.
Además, firmó un decreto para desregular la economía, lo que genera reacciones adversas.
El ajuste llevó a preguntarse hasta qué punto los ciudadanos están dispuestos a aceptar estas duras medidas.
La situación económica de Argentina se complica aún más por factores como la sequía y una deuda externa considerable.
Con el respaldo del 56% de los votos, Milei enfrenta el reto de gestionar una economía en crisis, donde la inflación y la pobreza continúan siendo problemas graves.
Los argentinos, particularmente aquellos en situaciones económicas precarias, están preocupados por el impacto de estas políticas en su vida diaria.
