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El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) ha lanzado una iniciativa innovadora para la gestión colectiva de tierras en Chiapas, promoviendo la colaboración entre comunidades zapatistas y otras alineadas con distintos partidos políticos.
Este proyecto, propuesto por el subcomandante Moisés, busca el manejo conjunto de más de 40 mil hectáreas de terrenos recuperados en los municipios de Las Margaritas, Ocosingo y Altamirano.
El concepto central es la “no propiedad de la tierra”, enfocándose en un modelo de gestión que prescinde de la propiedad tradicional y promueve una administración comunal de las tierras.
El plan establece reglas claras para el trabajo en estas tierras, incluyendo la prohibición de cultivar drogas, vender la tierra, o permitir la entrada de empresas e industrias, excluyendo también a los paramilitares.
Las ganancias y beneficios del trabajo en la tierra serán para quienes la laboren, sin impuestos o diezmos, y las construcciones realizadas quedarán para el siguiente grupo que labore el terreno.
La iniciativa subraya la importancia del consenso entre todos los pobladores, independientemente de su origen político o ideológico, para evitar la intervención de lo que el subcomandante Moisés describe como “malos gobiernos”.
Este esfuerzo del EZLN busca consolidar una comunidad más inclusiva y autónoma, capaz de enfrentar colectivamente los desafíos.
La propuesta se centra en el bienestar comunitario, destinando los beneficios a áreas como la salud, la educación y otras necesidades del pueblo.
Según los zapatistas, la idea surgió de observar los impactos de la destrucción ambiental y la respuesta de la naturaleza, así como la necesidad de una acción colectiva más efectiva.
La operativa en la tierra se realizará en turnos y trabajos, determinados por la capacidad y disponibilidad de los participantes, bajo un esquema de ganancia colectiva.
El enfoque es fortalecer la soberanía de los pueblos originarios y adaptar la idea a otros ámbitos de la vida comunitaria.
El comunicado del EZLN indica que esta visión ya cuenta con amplio respaldo entre las comunidades zapatistas y se ha practicado en algunas regiones desde hace años.
