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El presidente argentino, Javier Milei, decidió no unirse al grupo de economías emergentes conocido como BRICS a partir de 2024.
Esta decisión fue comunicada oficialmente a los líderes de Brasil, Sudáfrica, China, Rusia e India mediante cartas enviadas el 22 de diciembre.
Milei, quien asumió la presidencia el 10 de diciembre, basó su elección en las diferencias significativas entre los actuales ejes de la política exterior argentina y los de la administración anterior.
Esta decisión marca un cambio respecto a la posición del expresidente Alberto Fernández, quien había acogido favorablemente la invitación a unirse a BRICS durante una cumbre en Johannesburgo.
La determinación de Milei refleja una reorientación de la política exterior de Argentina, buscando un alineamiento más cercano con Estados Unidos, Israel, la Unión Europea y lo que él describe como el “mundo libre”.
Este movimiento se produce a pesar de que Brasil y China son los principales socios comerciales de Argentina, y que BRICS representa una considerable porción de la economía y población global.
Este grupo, formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, no solo comprende el 23% del PIB mundial y el 42% de la población global, sino que también abarca un mercado significativo para las exportaciones argentinas.
