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Casi dos meses después del devastador impacto del huracán Otis, categoría 5, el Puerto de Acapulco en Guerrero enfrenta una grave crisis económica debido a la significativa disminución del turismo.
Muchos negocios permanecen cerrados, y, los empresarios locales, como Juan Manuel Vilchis, indican que la recuperación aún parece lejana.
La extensa destrucción ha obligado a muchos establecimientos a posponer su remodelación hasta enero, impactando negativamente la temporada turística de diciembre, normalmente una de las más rentables.
La playa de Pie de la Cuesta, situada a una hora de Acapulco, ejemplifica el desalentador panorama durante las festividades de fin de año. La capacidad hotelera está limitada al 50%, y solo unos pocos negocios han logrado reanudar operaciones.
La reconstrucción progresa lentamente y la afluencia de turistas es mínima, lo que resulta en una atmósfera de incertidumbre económica en un periodo que suele ser de alta demanda turística.
Residentes y trabajadores como Fabiola Hernández Cedeño se enfrentan a condiciones difíciles y a un impacto emocional severo debido a la dependencia de estos negocios para su sustento.
A pesar de los desafíos, el sector turístico de Acapulco se esfuerza por adaptarse a esta nueva realidad. Los empresarios están organizando cenas navideñas y promoviendo sus servicios para eventos sociales, como bodas y quinceañeras, con la esperanza de atraer a los visitantes.
María Nelly Mejía, presidenta de la Unión de Propietarios de Negocios de la Zona Turística de Pie de la Cuesta, enfatiza la importancia de continuar trabajando y la necesidad de fomentar el turismo mediante campañas de promoción.
Existe cierto optimismo con respecto a las reservaciones planificadas para después del 25 de diciembre, que podrían marcar un inicio en la recuperación gradual de la zona.
Contraste entre promesas y realidad
El huracán Otis dejó un rastro de destrucción cuando azotó Guerrero el 25 de octubre, causando la muerte de 52 personas.
La promesa del presidente de una pronta recuperación de Acapulco contrasta con la situación actual, donde negocios como el de Vilchis luchan por sobrevivir, ofreciendo servicios limitados debido a los daños sufridos.
Las labores de reconstrucción son evidentes en la entrada de los establecimientos, con empleados dedicados a la limpieza y reparación, en un esfuerzo por revivir el atractivo turístico de la región y superar las consecuencias dejadas por el huracán Otis.
