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Un volcán ubicado en el suroeste de Islandia recientemente entró en erupción, causando un impactante fenómeno natural visible en el cielo nocturno.
La Oficina Meteorológica de Islandia informó que la erupción tuvo lugar cerca de la localidad de Grindavík, a aproximadamente 4 kilómetros de distancia.
Este suceso ocurre en un contexto donde Islandia, situada en una región de alta actividad volcánica en el Atlántico Norte, experimenta erupciones con una frecuencia promedio de cada cuatro a cinco años.
A diferencia de erupciones pasadas como la del Eyjafjallajokull en 2010, que afectó significativamente el espacio aéreo europeo, esta erupción no provocó interrupciones en los vuelos ni ha liberado cenizas que afecten el tráfico aéreo, según ha confirmado el ministro islandés de Exteriores, Bjarne Benediktsson.
La televisión nacional de Islandia, RUV, ha estado transmitiendo imágenes en vivo de la erupción, ofreciendo una visión directa del evento.
Grindavík, evacuada previamente en noviembre debido a la actividad sísmica que dañó estructuras y generó temores de una erupción inminente, se encontraba mayormente deshabitada en el momento del suceso.
Las autoridades han emitido advertencias para evitar que las personas se acerquen a la zona, y el conocido balneario geotermal Laguna Azul cerró temporalmente como medida de precaución.
Los residentes de Grindavík, aún en alojamiento temporal desde la evacuación, observan la erupción con sentimientos encontrados, conscientes de que sus hogares podrían quedar inaccesibles permanentemente.
Magnus Tumi Gudmundsson, un científico que realizó un vuelo de investigación sobre la zona, ha indicado que la cantidad de lava vertida ya es comparable a la erupción que se registró en verano en la península. Aunque se espera que la intensidad del fenómeno disminuya, los expertos no pueden predecir con certeza la duración de la erupción.
Vidir Reynisson, de la agencia islandesa de Protección Civil y Manejo de Emergencias, entatizó que, a pesar de su espectacularidad, la erupción no se debe considerar una atracción turística y debe observarse desde una distancia segura.
La reacción al fenómeno es de asombro y cautela. Turistas y residentes locales expresan su fascinación por la magnitud del evento, aunque también reconocen los riesgos asociados. Este volcán en Islandia, conocido por su impresionante actividad, continúa siendo un punto focal tanto para la comunidad científica como para el público en general.
Con información de AP
