Indignación en Medio Oriente tras matanza en Gaza

Tras una explosión que según los informes mató a cientos de personas en un hospital de Gaza, los manifestantes arrojaron piedras contra las fuerzas de seguridad palestinas en la ocupación Cisjordania y la policía antimotines en la vecina Jordania.

El presidente de Egipto, Abdul Fatá El Sisi, el rey Abdalá II de Jordania y el presidente palestino, Mahmud Abás, amigos de Estados Unidos y que normalmente aprovechan la oportunidad de reunirse con presidentes estadounidenses, cancelaron una cumbre prevista para el miércoles con Joe Biden. , que ahora visitará sólo Israel.

El secretario del Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dedicó buena parte de la semana a reunirse con líderes árabes para tratar de contener las tensiones, pero esos esfuerzos se veían en duda tras la explosión en el hospital.

El delicado asunto del sufrimiento palestino acumulado durante décadas, que había quedado sobre la mesa en los acuerdos de normalización a mediados de Washington entre Israel y varios estados árabes, regresaba a latir y amenazaba con más inestabilidad.

El Ministerio de Salud gestionado por Hamas dijo que un ataque aéreo había provocado la explosión en el hospital, mientras que Israel lo atribuyó a un cohete fallido de la milicia Yihad Islámica.

Biden refrendó la versión israelí tras llegar a Tel Aviv, al decir que el suceso parecía ser obra “del otro equipo, no ustedes”, pero que había “mucha gente” que no estaba segura.

No había dudas entre los manifestantes árabes reunidos el martes por la noche en varios países para condenar lo que consideraban una atrocidad israelí.

Egipto no ha tenido grandes protestas desde que comenzó la guerra entre Hamas e Israel. Las autoridades allí han perseguido con dureza la disidencia durante más de una década. Pero el temor a que Israel pueda empujar a los 2,3 millones de habitantes de la Franja de Gaza a la península egipcia del Sinaí y los precios disparados por la inflación podrían ser una combinación explosiva en un país donde un alzamiento popular derrocó a un autócrata respaldado por Estados Unidos en 2011.

También hubo protestas en el Líbano, donde Hezbollah ha cruzado fuego con las fuerzas israelíes en la frontera y amenaza con intervenir en la guerra con su enorme arsenal de cohetes, así como en lugares más distantes como Marruecos.

En su discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas el mes pasado, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ensalzó los Acuerdos de Abraham, en los que cuatro estados árabes normalizaron las relaciones con Israel en 2020, como un “punto de inflexión histórico ” que “augura el amanecer de una nueva era de paz”.

Los Acuerdos de Abraham, con Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Marruecos y Sudán, se alcanzaron con líderes autócratas dispuestos a dejar a un lado la cuestión palestina para asegurar sus propias prestaciones de Estados Unidos.

La reciente devastación en Gaza reavivó esos sentimientos, lo que probablemente dio motivos para pensar a las autoridades saudíes y otros gobiernos que estudiaban la normalización.

“Ningún gobierno árabe puede tender la mano a Israel ante esta agresión sobre los palestinos”, afirmó Ammar Ali Hassan, politólogo egipcio.

Con información de AP

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