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La Organización de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación (FAO) proclamó el 16 de octubre como el Día Mundial de la Alimentación desde noviembre de 1979, y a partir de entonces se ha desarrollado cada año en más de 150 países.
Con esta conmemoración, la FAO pretende sensibilizar a la población sobre el problema alimentario mundial, fortalecer la solidaridad en la lucha contra el hambre, la desnutrición y la pobreza, inspirar una acción colectiva y colaborativa en pro del futuro de la alimentación, así como fomentar la importancia de la alimentación y la gestión adecuada de los recursos agrícolas.
El tema de este año se centra en el agua, con el lema “El agua es vida. El agua nutre. No dejar a nadie atrás”, pues aseguran, es un recurso fundamental para la supervivencia de los seres humanos y de todas las formas de vida en nuestro planeta.
De acuerdo con la FAO, el agua constituye más del 50% de nuestros cuerpos y cubre alrededor del 71 % de la superficie del planeta, pero solamente el 2.5% del agua es dulce, apta para beber, para la agricultura y para la mayoría de los usos industriales.
Aseguró que el rápido crecimiento de la población, la urbanización, el desarrollo económico y el cambio climático están poniendo los recursos hídricos del planeta bajo un estrés cada vez mayor, por lo que los recursos de agua dulce por persona han disminuido 20% en las últimas décadas.
Explicó que al día de hoy, 2 mil 400 millones de personas viven en países sometidos a estrés hídrico y que muchos de ellos son pequeños agricultores que luchan para satisfacer sus necesidades diarias, especialmente las mujeres, los Pueblos Indígenas, los migrantes y los refugiados.
“La disponibilidad, y la calidad del agua se están deteriorando rápidamente debido a decenios de uso y gestión deficientes, sobreexplotación de aguas subterráneas, contaminación y cambio climático. Corremos el riesgo de sobrecargar este recurso preciado hasta un punto de no retorno”, advirtió el organismo.
En cuanto a la alimentación, la FAO informó que más de 670 millones de adultos y 120 millones de niñas y niños (de 5 a 19 años) son obesos y más de 40 millones de niños menores de 5 años tienen sobrepeso a nivel mundial. Mientras que más de 800 millones de personas padecen hambre y una de cada 3 mujeres en edad reproductiva sufre anemia.
En el caso de México, ocupa el quinto lugar de obesidad en el mundo, con 21 millones de mujeres con obesidad, con un 41% de prevalencia, y 15 millones de hombres con una prevalencia del 31%, de acuerdo con datos de la Federación Mundial de Obesidad (2022), y aproximadamente al 34% de los niños y niñas menores de 12 años sufren de este problema, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2018.
Además, hasta el 2022, el 27.2% de la población tenía una alimentación deficiente y cerca de 35 millones de personas padecen inseguridad alimentaria de moderada a grave, cifra que, a lo largo de seis años, ha crecido en más de 13%, es decir, 4.2 millones más que en 2016, según el reporte sobre el Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo 2023 de la FAO.
Por ello, Naciones Unidas llama a conjuntar esfuerzos para alcanzar un mundo sin hambre, propósito que también busca la Agenda 2030 con su iniciativa “Hambre cero”.
Esta iniciativa surge luego de la adopción de los 17 Objetivos Mundiales puesto que el tema es la erradicación del hambre, dentro del Objetivo 2 nos menciona: “Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible”.
Mientras que en el caso del agua, la FAO puntualizó que los gobiernos deben diseñar políticas basadas en la ciencia y la evidencia que aprovechen los datos, la innovación y la coordinación intersectorial para planificar y gestionar mejor el agua.
“Debemos dejar de dar por descontada el agua y comenzar a mejorar la forma de usarla en nuestra vida diaria. Podemos marcar la diferencia eligiendo alimentos locales, de temporada y frescos, desperdiciándolos menos, incluso reduciendo el desperdicio de alimentos y encontrando maneras seguras de reutilizarlos mientras evitamos la contaminación del agua”, aconsejó.
