La Franja de Gaza, con una población de 2,3 millones, enfrenta una crisis de agua potable luego de que Israel interrumpiera el suministro de agua y electricidad al territorio.
Los residentes señalan que el agua que fluye de los grifos es escasa, con un promedio de 30 minutos diarios, y está contaminada, lo que la hace no apta para el consumo.
Laila Abu Samhadaneh, residente de la ciudad de Rafah, expresó su preocupación sobre la situación y mencionó que raciona unos pocos litros de agua entre numerosos amigos y familiares a diario.
La ciudad de Rafah ha servido como refugio después de que Israel solicitara la evacuación de los habitantes de Gaza hacia el sur.
La intensificación de los bombardeos israelíes surgió tras un atentado de Hamas, que resultó en la muerte de 1.300 israelíes y el secuestro de varios individuos.
Como represalia, los ataques israelíes han destruido cientos de estructuras en Gaza y han ocasionado la muerte de más de 2.200 palestinos.
En medio de este escenario, la búsqueda de agua sigue siendo una prioridad para los residentes.
La agencia de la ONU para los refugiados palestinos describió la situación del agua como crítica, y el comisionado general Philippe Lazzarini advirtió sobre posibles muertes por deshidratación si no se aborda la situación.
Con información de AP
