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La campaña presidencial guatemalteca ha sido objeto de intensa controversia y cuestionamientos.
Autoridades electorales y judiciales han sido acusadas de limitar las opciones electorales, favoreciendo a candidatos que no amenazaran el sistema político actual.
A pesar de estos esfuerzos, Bernardo Arévalo, candidato que en un inicio pasó desapercibido, ha surgido como una amenaza real para la ex primera dama y candidata Sandra Torres.
Hace un mes, el favorito en las encuestas fue excluido de la contienda, permitiendo que Torres, aliada del presidente Alejandro Giammattei, liderara las votaciones. Sin embargo, Arévalo, del Movimiento Semilla, sorprendió al quedar segundo, y las últimas encuestas sugieren que podría vencer a Torres por un amplio margen en el balotaje.
Esta situación genera preocupación en las autoridades. La Corte Suprema ordenó revisar nuevamente el recuento de votos, y el partido de Arévalo está siendo investigado.
Torres retrata a Arévalo, hijo del expresidente Juan José Arévalo, como una amenaza comunista, pero esto solo ha solidificado su imagen como una alternativa real para muchos votantes descontentos con el sistema.
La politóloga Marielos Chang señaló que lo que está en juego es la “sobrevivencia de nuestra democracia”, refiriéndose al deterioro democrático en otros países centroamericanos.
Sandra Torres, del partido Unidad Nacional de la Esperanza, es reconocida por administrar programas sociales durante el mandato de su difunto esposo, Álvaro Colom, y ha basado su campaña en propuestas de apoyo a los grupos más vulnerables.
Con información de AP
