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La economía de la eurozona experimentó un crecimiento modesto del 0,3% entre abril y junio, después de meses de estancamiento o contracción. Esta mejora, reportada por Eurostat, la agencia de estadística de la UE, representa un impulso para la región, pero se mantiene en niveles modestos.
Francia y España fueron los países con mayores tasas de crecimiento, con un 0,5% y un 0,4% respectivamente. Sin embargo, la cifra francesa se vio afectada por un evento puntual relacionado con la entrega de un objeto manufacturado de gran tamaño, lo que no disimula la débil demanda de productos en la segunda economía más grande de la eurozona.
Alemania, la economía más grande de la zona euro, registró un crecimiento nulo en el segundo trimestre después de dos trimestres de contracción, enfrentando los altos costos de la energía asociados a la guerra en Ucrania.
La invasión rusa de Ucrania sigue afectando a Europa, ya que ha cortado el flujo de gas natural ruso al continente, disparando los precios de la energía y la electricidad. Los altos precios de los alimentos, la ropa y otros productos siguen siendo un desafío para los europeos, mientras que los servicios, como hoteles y restaurantes, han experimentado un repunte pero enfrentan desafíos persistentes.
Se espera que los viajes, especialmente en países mediterráneos, impulsen el crecimiento en el tercer trimestre debido a las vacaciones estivales, aunque se mantiene la cautela sobre el futuro económico debido a las subidas rápidas de las tasas de interés impuestas por el Banco Central Europeo para contener la inflación.
El BCE ha realizado nueve incrementos seguidos en las tasas de interés en el último año, elevando las cuotas de las hipotecas y afectando proyectos de construcción por el alto costo del crédito. A pesar de estas medidas, la inflación en la eurozona sigue por encima del objetivo del 2% del BCE.
Con información de AP
