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Una poderosa manifestación tuvo lugar frente al Palacio del Estado de México, donde una decena de mujeres encadenadas a las vallas exigieron la liberación de sus familiares, alegando que fueron detenidos de manera injusta y acusados de delitos que no cometieron.
Estas valientes mujeres, pertenecientes al Colectivo Haz valer mi libertad, denunciaron irregularidades en el debido proceso, fabricación de delitos, violaciones a los derechos humanos y detenciones arbitrarias.
Con fotografías de sus seres queridos en mano, las manifestantes demandaron una audiencia con el gobernador de la entidad para revisar los 24 casos de personas privadas de su libertad, acusadas de homicidio, secuestro y extorsión.
Entre los testimonios, Celia Arroyo, madre de Daniel Plácido, acusado de homicidio en 2015, expresó el dolor y la angustia que sienten como madres al imaginar a sus hijos tras las rejas, afirmando que ellos no son criminales.
Las mujeres denunciaron que sus familiares fueron criminalizados por su color de piel, condición socioeconómica, nivel educativo y lugar de origen, siendo juzgados en el Estado de México sin pruebas contundentes.
En palabras de Carmen Flores, cuyo esposo fue acusado de asesinato en 2013 en el municipio de Temoaya, han sido marcadas por la injusticia y exigen ser escuchadas por el gobernador, ya que llevan años en lucha sin obtener respuesta.
