En caso de intervención extranjera

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Un fantasma vuelve a aparecer en la escena de la vida nacional, y es el fantasma de una intervención extranjera.

En una semana bastante álgida —previo a que desapareciera de un evento público y tuviera que ser internado de urgencia— durante la ceremonia del 109 aniversario de la última ocupación (oficial) militar del Gobierno norteamericano en Veracruz, el Presidente de México rechazó la intervención de otros gobiernos en nuestro país, sin especificar si se refería a Estados Unidos.

Con lenguaje atropellado y visiblemente molesto, el titular de Ejecutivo, acompañado del secretario de la Marina y de su controversial secretario de la Defensa, Luís Crescencio Sandoval —expuesto públicamente dos días antes por el derroche de lujos millonarios y viajes que ha realizado a otros países con comitiva, a costa del erario— arengó públicamente:

Que se oiga bien y que se oiga lejos, no aceptamos ninguna intervención…para enfrentar a la delincuencia organizada, no queremos intervencionismo, no queremos ‘ayuda’, entre comillas, de nadie”.

La última intervención oficial fue en 1914, cuando la Armada estadounidense ocupó Veracruz tras el acercamiento del régimen de Victoriano Huerta con el Imperio Alemán, y detonó tal indignación que los mexicanos —entre huertistas y algunos revolucionarios— se unieron para oponerse con las armas, llegando incluso a tumbar como protesta la estatua erigida a Jorge Washington en la capital.

Usando este contexto histórico, López insistió en que no permitiría la intervención de Estados Unidos para combatir a los narcotraficantes y darles trato de terroristas.

Justo a una semana de que Estados Unidos anunció sanciones en contra de los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, el tabasqueño dijo, para bochorno de muchos, que el Gobierno Mexicano tiene la capacidad para combatir a la delincuencia organizada, y lo dijo en un sexenio como el suyo; donde desde sus primeros 2 años rebasó el número de muertes de los de Calderón y Peña juntos.

Finalmente remató con que ante una posible “invasión” en este caso: “No van a defender a México solo los marinos y los soldados, vamos a defender a México todos los mexicanos”; algo que, a diferencia de cuando el huertismo, muy pocos mexicanos hoy en día estarían dispuestos a hacer en favor de un Gobierno que —al igual que el que se evoca— ha permitido y fomentado hasta la fecha la violación de la Constitución y los derechos humanos.

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