El temor regresa a la sierra tarahumara

AP

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Casi dos meses después del asesinato de dos jesuitas mexicanos en la localidad norteña de Cerocahui, el miedo impera en el remoto poblado enclavado en la sierra Tarahumara, dominado por criminales.

Dos de los jesuitas que quedaron en la misión religiosa y sobrevivieron al ataque armado ocurrido el 20 de junio dentro de un templo en el estado de Chihuahua deben ahora salir a las calles escoltados por militares.

Los miembros de la congregación Javier Campos y Joaquín Mora, junto a un guía turístico, fueron presuntamente asesinados por José Portillo Gil, alias “El Chueco”, líder de una organización criminal.

Difunden amenazas

Los temores en Cerocahui se crisparon luego de la difusión la semana pasada en las redes sociales de un video en el que una persona con el rostro cubierto con un pasamontaña blanco, que se identificó como “El Chueco”, negó su responsabilidad en los asesinatos y recriminó a uno de los jesuitas sobrevivientes que presenció los hechos.

Aunque las autoridades o no han confirmado la veracidad del video y si la persona que aparece en la grabación es Portillo Gil, el hecho generó preocupación en la congregación ante la velada amenaza hacia el testigo.

Así lo reconoció González Candia quien afirmó que le resultaba “increíble” que 1.000 efectivos del ejército y 200 guardias nacionales desplegados en la sierra de Tarahumara no hayan podido localizar al presunto responsable de los asesinatos de los dos sacerdotes y el guía turístico Pedro Palma.

Con información de AP

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