Se frena indefinidamente la extradición de Caro Quintero

La extradición inmediata del narcotraficante Rafael Caro Quintero se complicó luego de que un juez otorgara una suspensión.

Un tribunal volvió a establecer que Caro Quintero no podrá ser movido de la prisión de máxima seguridad del centro de México en la que se encuentra hasta que no haya una decisión en firme sobre su amparo, algo que no pasará antes del 25 de agosto cuando hay fijada una audiencia para tratar ese recurso.

Dicho amparo, cuyo fin real es retrasar el inicio del juicio de extradición, previene de cualquier traslado o entrega del detenido antes de que tal juicio no concluya.

El capo, uno de los delincuentes más buscados por Estados Unidos, fue capturado el 15 de julio y ese mismo día autoridades estadounidenses anunciaron que buscarían su “extradición inmediata”. Al día siguiente se inició el proceso legal con ese fin pero ese mismo día quedó congelado con la presentación de varios recursos.

La decisión publicada el martes por los tribunales no es definitiva porque puede recurrirse y la fiscalía mexicana previsiblemente lo hará. Sin embargo, el pronunciamiento va en la línea de decisiones previas que también frenaban cualquier intento de entregar a Caro Quintero de forma expedita a Washington.

Los procesos de extradición son considerados generalmente largos y su agilidad depende mucho de la voluntad política de los países implicados. En el caso del exlíder del cártel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán, ahora sentenciado en una prisión estadounidense, el proceso tardó un año.

El secretario de Justicia Merrick Garland, conversó con el fiscal general mexicano, Alejandro Gertz Manero, menos de una semana después de la captura, y al día siguiente habló con el canciller Marcelo Ebrard.

Según la nota de su departamento de esa fecha, 22 de julio, ambos se comprometieron a trabajar con rapidez para lograr la extradición del capo.

Caro Quintero, de 69 años, era buscado por Estados Unidos desde que en 2013 fue liberado de una cárcel mexicana por un aparente error judicial después pasar casi tres décadas encarcelado por el asesinato de un agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena, y de un piloto mexicano.

Durante el operativo de su captura murieron 14 marinos mexicanos que participaban en labores de resguardo de la operación al desplomarse su helicóptero.

Con información de AP

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