Madres de familia claman justicia en calles de todo el país

Como ya se convirtió en una costumbre, este 10 de mayo, madres de personas desaparecidas salieron a las calles para hacerse visibles y recordar que en México, miles de madres no tienen nada qué festejar.

En las calles de cada ciudad salen a exigir justicia en un país en donde los asesinatos no cesan, las desapareciiones crecen, los feminicidios continúan y los defensores de derechos humanos, activistas y periodistas son amenazados y asesinados en medio de una impunidad que, según Naciones Unidas, es casi absoluta.

Hasta encontrarlos

A sus 72 años, Guadalupe Fernández es de las pioneras en la búsqueda de desaparecidos. Su hijo, el ingeniero José Antonio Robledo, desapareció en 2009 en el norte del país. Al año siguiente, fue una de las dos docenas de mujeres que decidieron pasar el día de las madres plantadas en el Zócalo de Ciudad de México en señal de protesta. “Ni llamamos la atención de las pocas que éramos”, recordó.

Ahora se juntan cientos “por desgracia”, dijo, porque el número de madres de víctimas de violaciones de derechos humanos también ha crecido.

Gracias al esfuerzo de miles como ella, hay mejores leyes y más información aunque la cifra de desaparecidos casi llega a los 100.000, según datos oficiales. El 98% de ellos desde 2006, cuando se incrementó la violencia vinculada a los cárteles.

Homicidio reciente contra periodista

Aurora Falconi, de 83 años, pasó el martes velando a su hija Yessenia Mollinedo, la directora de un portal de noticias de Veracruz, en el Golfo de México, asesinada la víspera junto a una de sus reporteras.

A ratos sentada junto al féretro, a ratos reposando en una mecedora fuera de la vivienda, la anciana no lloraba aunque su rostro se descompuso al mostrar a la prensa una pequeña foto de su hija cargando a su nieta.

Pese al dolor, se dedicó a atender a los medios que cubrían el velorio ofreciéndoles comida o retirar el mueblecito donde reposaban sus pies para que tuvieran mejor toma. La familia tenía claro que informar de estos nuevos asesinatos era importante.

Mollinedo y la reportera Sheila Johana García fueron acribilladas dentro de un vehículo frente a una tienda en Cosoleacaque. El miedo impidió a muchos a acudir a dar el pésame a Falconi.
Este año han sido asesinados 11 comunicadores en México, el lugar no en guerra más peligroso para la prensa, según las organizaciones de defensa de periodistas.

Víctimas de feminicidios

Lorena Gutiérrez tiene 52 años. Antes era ama de casa. Cuando asesinaron a su hija de 12 años en 2015 se convirtió en luchadora a tiempo completo y una mujer amenazada por exigir justicia en un crimen donde, según explicó, estaban implicados miembros del crimen organizado y también servidores públicos.

Gutiérrez tomó la palabra este martes en el centro de Ciudad de México. Luego, ya sin el micrófono, temblaba y lloraba indignada contando su historia con más detalles de los que nadie se atreve a preguntar.

Su hija estuvo desaparecida solo unas horas, luego encontraron su cadáver en uno de los suburbios que rodean la capital. “La torturaron, la lapidaron, la violaron, le abrieron el pecho 30 centímetros, la entrepierna, le sacaron un ojo y le tumbaron todos sus dientes”, describía casi sin respirar.

“Ya no tenemos vida… pero al gobierno no le importa”. Y recordó al presidente y al resto de autoridades “que el silencio también asesina”.

Con información de AP

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