Funcionarios mexicanos y estadounidenses se reunieron en medio de desacuerdos sobre una reforma eléctrica que busca limitar las plantas de energías renovables de construcción extranjera y conceder una cuota de mercado mayoritaria a la empresa estatal de México.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, mantuvo un encuentro con el enviado de Estados Unidos para el clima, John Kerry, pero no pareció dispuesto a dar marcha atrás en su propuesta, que está varada en el Congreso.
El mandatario pareció ofrecer a las compañías extranjeras la oportunidad de invertir en un plan para construir plantas de licuefacción de gas natural en el sur de México, para exportar GNL presumiblemente a Europa o Asia.
López Obrador ha prometido seguir adelante con los cambios en la industria de la energía eléctrica a pesar de las preocupaciones de Estados Unidos de que podrían cerrar los mercados, asfixiar la competencia y posiblemente violar el pacto de libre comercio a tres bandas entre las dos naciones y Canadá.
Katherine Tai, Representante de Comercio de Estados Unidos dijo a senadores en Washington que estaba “profundamente preocupada por los avances legislativos y regulatorios en la industria energética mexicana que hemos visto en los últimos meses”.
Según Tai, las empresas energéticas y los ambientalistas “se han unido al expresar su preocupación sobre lo que está ocurriendo en México, en especial con respecto a la competitividad del mercado energético norteamericano, además de a la competitividad de la propia industria energética mexicana”.
Los cambios en legislativos beneficiarían a la Comisión Federal de Electricidad, la empresa de propiedad estatal, frente a los productores extranjeros, algo prohibido en el pacto de libre comercio de América del Norte.
Con información de AP