Productores de aguacate están cansados de extorsiones

Las extorsiones a los agricultores de aguacates en el occidente de México han llegado a tal grado que 500 vigilantes de un grupo de autodefensas conocido como Pueblos Unidos se congregaron el sábado para pedir ayuda a la policía.

Los vigilantes realizaron una protesta en la localidad de Nuevo Urecho, en el estado occidental de Michoacán, armados con fusiles AR-15 y de otro tipo, así como con una variedad de escopetas.

Señalaron que los cárteles de la droga como Los Viagras y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) han estado cobrando a los agricultores de aguacate unos “impuestos de guerra” de alrededor de 2.500 dólares por hectárea (1.000 dólares por acre).

Hartos de las extorsiones y los secuestros, agricultores y granjeros de la zona formaron el grupo en 2020, el cual, según ellos, tiene cerca de 3.000 miembros.

“Varios fuimos víctimas de esta situación de secuestros, extorsiones”, comentó uno de los líderes del grupo, quien tenía el rostro cubierto y pidió que no se utilizara su nombre por temor a represalias por parte de los grupos delictivos.

Pueblos Unidos ha realizado marchas armadas en varios municipios de Michoacán durante el último año, pero siempre ha dicho que prefiere que las fuerzas de seguridad oficialmente constituidas hagan el trabajo de expulsar a las organizaciones criminales.

Michoacán tiene un historial de movimientos de milicias civiles armadas de “autodefensa” que surgieron en 2013 y 2014. En ese entonces, los vigilantes lograron expulsar al dominante cártel de los Caballeros Templarios, pero las organizaciones rivales como Los Viagras y el CJNG han ingresado al territorio. Los secuestros, asesinatos y tiroteos han provocado que miles de personas huyan de sus hogares.

El ejército mexicano ha enviado soldados al estado, pero sólo para que actúen como amortiguador entre los cárteles en guerra, que tratan de asegurar que ninguno invada el territorio de la otra organización.

Los soldados hacen poco o nada para combatir las actividades ilícitas de los cárteles que ocurren a unos cuantos metros de sus puestos de control.

Eso ha llevado a los residentes de Michoacán a volver a tomar las armas, afrontar las extorsiones descontroladas por parte de Los Viagras, del CJNG y de otras organizaciones.

Información de AP

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