Tras el triste espectáculo que ofreció el Secretario de la Defensa durante la conmemoración reciente de la Revolución Mexicana, invitando a la gente a unirse a la 4T, tal parece que los mandos del Ejército están siendo comprados con trabajos de construcción y negocios sin licitación—a los que el presidente pretende prohibir transparencia pretextando de ser obras de “seguridad nacional”—en vez de obligarles a cumplir con su labor que no es otra que la salvaguarda de la auténtica seguridad nacional: combatiendo al crimen y al narcotráfico, que han ido en ascenso durante este sexenio.
Sin embargo, la razón de por qué esta labor no se cumple parece tener mucho que ver con quien dirige la SEDENA.
La revista Proceso dio a conocer que documentación de la Secretaría de la Defensa Nacional confirma que a días de la masacre en Allende, Coahuila, el responsable de la Guarnición de Piedras Negras, el general Luis Cresencio Sandoval, tuvo pleno conocimiento de los hechos.
Así lo refirió en junio de este año el semanario en un reportaje que señala que los hechos en los que murieron más de 300 personas fueron reportados por familiares de las víctimas al 14 Regimiento de Caballería, con sede en Múzquiz, que a su vez notificó a la Zona Militar y a la Guarnición de Piedras Negras. No obstante, pese a la gravedad de los hechos, los militares no actuaron y al igual que el gobierno estatal y federal, guardaron silencio.
De acuerdo con uno de los testimonios recogidos, durante la masacre la gente corrió a la garita buscando protección del cuartel militar, que no debe estar más lejos que dos kilómetros, pero los soldados respondieron que no tenían instrucciones de intervenir y se replegaron.
La documentación fue obtenida por la National Security Archive (NSA) en Washington, que se dedica a la desclasificación de archivos de seguridad en Estados Unidos y en el mundo.
De acuerdo con Aristegui Noticias, el actual titular de la Sedena era también responsable de la prisión de Piedras Negras, donde los Zetas incineraron cadáveres de sus víctimas, según el reportaje.
Sería muy lamentable que la ineptitud, patentada en aquel entonces, no solo siga siendo premiada como un estado de excepción bajo este gobierno sino que se convierta también en la regla, por complicidad, al interior de nuestras Fuerzas Armadas.
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