El activista José Nicanor Araiza Dávila, que buscaba a su hijo desaparecido desde hace tres años, fue hallado muerto en Zacatecas. Es el segundo buscador de desaparecidos muerto en los últimos 15 días, anunciaron las autoridades estatales.
A Araiza, de 51 años, se lo encontró sin vida el 27 de julio en un camino que conduce a la localidad de El Durazno, en el municipio de Concepción del Oro, indicó la Fiscalía General.
De acuerdo con el informe oficial, Araiza falleció a consecuencia de un “trauma torácico abdominal”.
El activista salió a la fuerza de su domicilio a manos de sujetos armados el 22 de julio en el municipio de Villa de Cos. Desde esa fecha sus familiares lo reportaron como desaparecido, señalaron medios locales.
La desaparición de Araiza mereció la condena del Consejo Ciudadano del Mecanismo Estatal de Búsqueda de Zacatecas, integrado por líderes de colectivos y defensores de derechos humanos, que exigió a las autoridades la búsqueda del activista.
A mediados de este mes, murió a manos de la delincuencia en el estado norteño de Sonora la activista Aranza Ramos que tenía un año buscando a su esposo desaparecido. Ramos, de 28 años, fue raptada el 15 de julio y horas después su cuerpo baleado fue abandonado en una carretera.
El activista Javier Barajas Piña, otro buscador de desaparecidos, fue acribillado a finales de mayo en Guanajuato, estado de la Región Centro Occidente y actualmente la más violenta de las 32 entidades federativas que conforman el país.
Los asesinatos de activistas ocurren en medio de una creciente violencia que golpea a varios estados de Méxicol lo que ha acrecentado los cuestionamientos de detractores y analistas contra las políticas de seguridad de López Obrador. Durante el primer semestre del año, los homicidios dolosos alcanzaron 16.937, registro que representó una disminución de 3,5% en comparación con el mismo período del año pasado, de acuerdo con las cifras de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
Con información de AP
